III.

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Ejercicios Matutinos

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Ejercicios Matutinos.

La mañana se ofrecía prometedora y un poco de ejercicio para liberar la mente de la presión de las materias no venía mal que digamos. Yo estaba de lo más feliz porque tocaba mi clase preferida: carreras de 100 metros. Mi orgullo siempre salía revitalizado de la clase de deportes ya que atletismo era mi especialidad desde que tenía uso de razón.

Win estaba un poco más adelante de mi, posicionándose para comenzar la carrera, llevaba puesto una malla de deporte negra que hacía relucir su dotado trasero y sus fuertes piernas; una camisa con el nombre de la universidad y el logo de la facultad de derecho a la cual pertenecemos. En resumen estaba muy guapo, el maldito aunque seguía manteniendo la actitud frívola de siempre. Algo me decía que el día no acabaría bien, y peor fue cuando comencé a sentir nervios debido a que se supone que Win "odiaba correr" y por eso él practicaba natación.

- ¡Ya! – me sacó de los pensamientos para comenzar a correr a toda marcha viendo como la visión se tornaba borrosa alrededor y solo veía la meta. Mis piernas empujaban con más y más fuerza yo ya sentía la victoria cerca, podía olerla y vería con ojos de superioridad a mis compañeros.

- Los retrasados no saben correr – pronunció Win que me pasó como un rayo, mis piernas se atrofiaron y pude ver como Win alcanzaba la meta y volteaba con una enorme sonrisa dibujada en su rostro. Traté de retomar el paso pero llegué de 3ro ya que gracias a mi distracción, Gulf me había superado y llegaba segundo en medio de risas y burlas diciendo "El calendario no perdona Bright, estás viejo".

Ya lo había soportado mucho, la furia invadió mi cuerpo y hoy iba darle su merecido a Win. Vi como se dirigía a los vestidores y emprendí una carrera violenta para alcanzarlo antes de que llegara. Para llegar a los baños había que rodear la piscina y mi mente brilló en aquel momento. Apresuré mi marcha y cuando Win estaba pasando junto a la piscina, no pude contener la furia y le di un empujón y Win terminó en el fondo del agua. Me quedé fuera con una sonrisa viendo como el chico frío y calculador salía lleno de furia y emprendía camino a las escaleras para salir del agua.

- Los retrasados se resbalan siempre – atiné a decir mientras me marchaba de la zona con la mejor de mis sonrisas.

No era el hecho de haberlo lanzado. No. Era porque por fin lo había enfrentado y lo más gratificante era ver que su cara frívola se convirtió en una cara de indefenso y con mucha impotencia. Mi cabeza rememoraba todos los momentos mientras que el shampoo y mis manos hacían los suyo en la limpieza de mi cabello.

¡Splas!, se abrió la puerta violentamente y el mundo comenzó a girar en cámara lenta

Win, manos, mi cabeza, sus labios, los míos... lenguas, mordiscos en el labio... Win se separa 

– Los retrasados olvidan su ropa – Win salía corriendo.

El agua seguía recorriendo mi cuerpo y yo me había quedado desconcertado ¿Por qué me había besado? Pensaba mientras me tocaba el labio inferior y me tocaba una pequeña cortada que me había quedado luego del impresionante encuentro ¿Los retrasados olv...?

¡Me lleva la puta! Repetía una y otra vez mientras salía corriendo al vestuario temiendo lo que ya sabía que encontraría allí. El banco donde se supone que deje mi ropa estaba vacío. El beso que me dio Win antes era una manera de volver a dejarme en claro que yo estaba en desventaja, me había dejado en ridículo de nuevo y lo peor de todo ¡Solo con una toalla! Él infeliz.

Ahora si estaba preocupado, mis planes de venganza o de matarlo se fueron al traste y mi única intención era salir de allí sin ser visto porque la burla de mis compañeros iba a ser peor. Observé lado y lado de la sala de vestir y no pude encontrar nada que me sirviera para cubrirme, maldije mi elección de una toalla muy pequeña y todo porque quería que entré en el bolso sin que estorbara.

- ¡Ahora si que estoy jodido! – pensaba mientras sacaba la cabeza del vestidor lentamente para ver si alguien rondaba por la zona. Por suerte no había nadie y pude salir corriendo hasta la parte central del complejo deportivo. Bendije a Foei porque sabía que seguro estaría practicando Judo en uno de los gimnasios. Como estaba un poco alejado me fui apoyado de las paredes de todos los edificios que veía, tratando de rodear el sitio y pasar por donde menos gente había ¡Al fin! Pensé cuando entraba al gimnasio y llegaba a los vestidores – menos mal que sabía su clave de locker.

Pobre Brillos xd
Último capítulo de hoy

IRONIA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora