Capitulo 10

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Árboles se mecian unos contra otros, envuelto en la obscuridad infinita de la noche, fue Kanon quien empujó la última rama dejando atrás el pequeño bosque. Frente a él un inmenso portón de hierro se alzaba, corroído por el óxido y los años, tanto Saga como Kanon vieron finalmente algo acorde con lo lúgubre del lugar

Frente a ellos el portón gigantesco portaba cómo guardianes a ambos lados dos estatuas de unas mujeres con la vista puesta en el suelo, junto con el mural, ambas estatus estaban cubiertas por rosas marchitas quienes se alzaron cómo enredaderas creando un mural inmenso de espinas que separaban los terrenos de la mansión de todo el pueblo

Vieran por dónde vieran, a los costados, ambos muros no parecían tener fin alguno

- Éste lugar es inmenso¿ Crees qué perteneció a algún aristócrata o algo así?

Kanon indagó viendo en dirección al imponente portón, con gesto curioso mientras acercaba su rostro a los barrotes dispuesto a ver lo que había más allá de la entrada

- Tal parece ser el caso.

Pronto Kanon dió un brinco del susto, Saga había saltado prendiendo su cuerpo a los barrotes, su intención era clara

Ingresar al interior de la residencia

- ¡¿Puedes por una puta vez avisar antes de hacer algo ?! Estoy cagado del susto y vienes tú a saltar como loco detrás de mi!!

Gruñó furioso el gemelo menor

- Deja de quejarte, sube ya y terminemos con ésto de una buena vez

Ordenó Saga mientras seguía escalando a pasos firmes, escuchando su voz grave y seria, Kanon supo que no era el momento de actuar como un idiota. Remango su abrigo e inmediatamente lo siguió de manera firme.

Pronto, ambos hermanos pisaron el largo césped, en contraste con todo el pueblo, era innegable el hecho de que ésta mansión había trascendido los años. El suelo, las lámparas de aceite, los candelabros a velas y los cuadros que pertenecían a la antigua aristocracia revelaron una verdad irrefutable. Finalmente se habían encontrado con algo acorde a la pesadilla que estaban viviendo

Un lugar consumido por los años y el deterioro del tiempo, para Saga era innegable el hecho de que lo único verdadero aquí parecía ser la mansión que se destartalaba en pedazos

- ¡¡Saga ven a ver ésto!!

Saga ,quien se encontraba viendo hacia las gigantescas escaleras que llevaban al segundo piso inmediatamente redirigió su atención hacía la voz de su hermano menor. Sus pasos apresurados y en segundos no tardó mucho tiempo en situarse de pié a un lado de éste. Sin embargo, no esperaba que lo que a continuación vería le robaría el aliento y lo dejaría con los ojos abiertos de par en par

- Estos...

Su voz había quedado estancada en su garganta, Kanon, quien no se encontraba en mejores condiciones respondió también en estado de Shock

- ¿Esos de allí? ¿No somos tú ,yo y Camus?

Petrificados no hubo respuesta más clara que ese viejo cuadro pegado a la podrida pared, en verdad eran ellos ¡Eran Camus, Kanon y él!

- No entiendo... ¿Qué es lo que sucede?

Saga descendió la vista, sus ojos aún abiertos de par en par, pérdidos en la conmoción

- No, no somos nosotros... Sus atuendos no son como los nuestros, esos no somos nosotros

Kanon continuaba viendo la pintura, completamente en Shock, se negaba a creer que éstos eran ellos ¿Qué clase de broma pesada era ésto?

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