Betrayal of the Black

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DRACO MALFOY era pura maldad a veces. ¿Pero con la oportunidad de ver a sus rivales jugar al Quidditch y vigilar a Harry? No había forma de que rechazara eso, aunque fuera extremadamente inmaduro.

El grupo de Slytherins pasó toda la tarde observando al equipo de Quidditch de Gryffindor. No hablaban mucho, ya que el equipo se ponía nervioso sólo con ellos sentados, pero de vez en cuando Draco gritaba una burla. Pansy los había abandonado, diciendo que estar tan arriba en las gradas le estropearía el pelo.

Celestia pasó la mayor parte de su tiempo pensando en el Quidditch en lugar de observar a Harry, ya que había subestimado el enojo que le producía sólo verlo.

Escudriñó al equipo de Gryffindor todo lo que pudo. Claro que los había visto jugar en el pasado, pero no había prestado mucha atención a los detalles. Una cosa que destacaba por encima de todo lo demás era lo malo que era Ron Weasley como guardián.

Celestia era capaz de reconocer cuando tenía un buen competidor -Angelina Johnson era una magnífica concursante-, pero Ron Weasley era sólo un competidor. Era casi como si nunca hubiera visto un partido de quidditch; constantemente dejaba los postes abiertos, fallaba en atrapar la Quaffle, en un momento lanzó la Quaffle con tanta fuerza a Katie Bell que su nariz comenzó a sangrar. No le gustaba el sufrimiento de la gente, pero hubo varias veces en las que tuvo que reírse por lo cómico del asunto.

Al final del entrenamiento, Katie Bell estaba cubierta de sangre y era escoltada al ala del hospital por Fred y George. Ron estaba casi tan rojo como su pelo, y Harry y Angelina parecían haber tenido el peor entrenamiento de la historia del quidditch. En definitiva, un buen día para los Slytherin.

Más tarde, esa misma noche, el grupo de Slytherin estaba de nuevo sentado junto al fuego en la sala común, con los deberes repartidos por la mesa. Era tarde, y había un par de Slytherins más merodeando por las mesas, también poniéndose al día con el trabajo.

Celestia acababa de terminar su redacción para su clase de Astronomía, cuando levantó la vista para descubrir que el resto de sus amigos parecían distraídos. Pansy, que estaba sentada a su lado, no había movido su pluma en los últimos dos minutos. Draco parecía lleno de energía, rebotando constantemente la pierna hacia arriba y hacia abajo y casi derramando tinta sobre Theo en repetidas ocasiones. Theodore tenía abierto uno de los libros de Pociones, y hacía rato que no pasaba la página. Blaise parecía hiperconsciente de todo lo que le rodeaba, lo que le hacía desconcentrarse por completo. Este año tenían mucho más trabajo que nunca, y Celestia no podía culparles: ella casi se había quedado dormida en Historia de la Magia esa misma semana.

Cerrando el libro de astronomía en voz alta, atrajo toda su atención. "Bien, hablemos de algo que no esté relacionado con el trabajo".

"¿Qué?" parpadeó Draco, pareciendo aturdido como si acabara de despertarse de una siesta.

"Los últimos dos días, además de esta tarde, han sido de trabajo, trabajo, trabajo. Hablando de algo que no es la escuela", explicó.

Pansy se animó a su lado antes de agacharse y buscar en su bolso. Un par de segundos después, sacó algo que parecía ser un periódico.

"Mamá me ha enviado el Diario del Profeta de mañana. Los recibimos un día antes, pero normalmente no me los envía a mí. Todavía no he tenido la oportunidad de mirarlo -dijo Pansy, empezando a desdoblar el periódico.

No era el tema más emocionante, pero era una distracción, y con suerte la suficiente como para ayudar a fluir a otra conversación. El Daily Prophet ha estado lleno de noticias más tarde, tratando de contrarrestar las afirmaciones de Harry sobre el regreso de Voldemort. Hoy mismo, se anunciaba que Sturgis Podmore había sido arrestado por allanamiento de morada en el Ministerio, además de otras noticias más aburridas.