uno

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Narra Aidan.

-Aidan, hijo ya es tarde, levántate para ir al colegio.

Siempre es la misma rutina llega abre la puerta, me mueve para que me despierte, me quita las cobijas y si eso aún no ha funcionado es hora de usar el plan b.

-Mmmh.

-Aidan no eres vaca para que me estés contestando así, vamos que es lunes.

-Exacto es Lunes, ayer dormí tarde hoy solo quiero dormir.

-Vamos se te hará tarde para ir al colegio y baja ya que tú desayuno ya está servido, te espero abajo-me aventó una almohada y salió de mi cuarto.

Me volví a acomodar en mi cómoda cama, dispuesto a seguir durmiendo.

-Aidan R Gallagher, dije que ya te levantarás!!!-gritó desde la parte baja de la casa.

-Ya voy, ok, ya voy.

De mala gana me levanté del suelo ya que del grito de mamá me asusté y caí de la cama, me tiré un rato más a la cama para luego tomar mi celular y poner algo de música mientras me preparaba para ir al colegio, al terminar de bañarme y cambiarme baje al comedor donde me esperaban mis padres para desayunar.

-Aquí tienes tu desayuno cariño.

-Vamos hijo, levanta esos ánimos, hoy será un gran día-dijo mi padre sin despejar su vista del periódico.

-Si eso llevan diciendo desde hace 2 años-susurre mientras metía un pedazo de fruta a mi boca.

-Sabes que siempre después de la tormenta llega la calma.

-Tu madre tiene razón, pronto todo estará mejor.

-Desde que mi hermano murió en ese accidente nada estará bien y lo saben.

-Aidan...solo come si, se hace tarde.

Luego de esa conversación todo el desayuno se mantuvo en completo silencio por parte de mis padres, donde solo se podía escuchar el sonido de los cubiertos chocando con la vajilla, minutos después termine de desayunar, me lave los dientes, tome mi mochila, me despedí de mis padres y salí en dirección a mi colegio.

Me puse mis audífonos, puse algo de música para que no me aburriera en el camino, estaba por llegar cuando vi llegar a una chica, vestía con unos jeans negros, una sudadera holgada que le quedaba grande color azul y unos Vans, iba en una patineta y usaba sus auriculares, no le preste atención, para ser sincero nunca en mi vida la había visto, así que seguí mi camino.

Llegue a la escuela y camine hasta mi locker para sacar los libros de mi primera clase, al terminar, fui directo hasta mi salón, tenía clase de historia, me aburre ya que el maestro habla muy lento, me senté en un pupitre hasta atrás me puse mis audífonos de nuevo y recosté mi cabeza en el pupitre.

El maestro entró y la clase empezó como siempre tan aburrida, al principio de la clase estuve dormido, el resto solo jugaba con mi lápiz, miraba repetidamente hacia la ventana esperando que las clases acabarán lo más rápido posible para poder ir a casa y encerrarme en mi habitación, la campana sonó y sali del salón primero que todos, los pasillos se llenaban de los alumnos de distintos grados.

Sin darles importancia seguía con mis auriculares, la canción sonaba, "Kate Bush- Running Up That Hill", llegue hasta mi locker para aguardar unos libros y sacar los de la siguiente clase.

Cerré mi locker, mire mi celular sin decir nada camine hasta que alguien choco conmigo, haciendo que tirara unos libros.

-¡Mierda no te puedes fijar!-exprese, mirando aquella persona.

-¡No es mi culpa que no veas por donde vas idiota!-me respondió.

Mi ojos conocieron ese rostro, era la misma chica que vi en la mañana.

-Solo fíjate por donde vas ¿OK?-dije para luego levantar mis libros y seguir caminando dejándola atrás.

-Odioso-murmuro la chica.

Las horas pasaban, los minutos avanzaban, ver las caras de todos eran lo peor, tan solo quiero que este día acabará rápido para ya no ver los jodidos rostros de todos.

El resto de las clases pasaron rápido, salí del colegio, en la salida me encontré de nuevo a la chica de la patineta, volteo a dónde estaba yo me miró por unos segundos y rodó los ojos para después irse, hice lo mismo y camine hasta mi casa.

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Última rosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora