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Saori lo miró anonadada; al darse cuanta que Ran ya llevaba un buen rato ahí en el suelo decidió hablar.
—Acepto —contestó en un tono bajo pero audible para todos los presentes.
Los aplausos y los flashes de las cámaras inundaron el lugar; Ran se levantó y tomó la mano de Saori nuevamente, ahora mirando a las personas que los acompañaban.
Varias personas se acercaron a felicitarlos, apretando las manos de ambos y llenándolos de abrazos.
—Muchas felicidades —un hombre de cabellera violeta, bastante parecido a Ran se acercó. Apesar de que sonreía, su rostro no reflejaba felicidad.
—Gracias, Rindou —Ran se acercó a él y lo abrazó, aparentando—. Saori, él es mi hermano menor, Rindou, el dueño de este restaurante —sonrió presentándolo—. Y él es Yasuo, su pareja —la vista de la pelinegra se posó primero en Rindou y después en su acompañante.
—Un gusto —sonrió apretando la mano del peli violeta y al intentarlo con el omega que lo acompañaba, se vio interrumpida al recibir un fuerte abrazo de este.
—El gusto es mutuo —habló el pequeño omega rubio con una sonrisa—. Realmente espero que nos llevemos bien —la abrazó por segunda vez.
Saori se incomodó un poco por la acción tan cercana del chico, pero lo disimuló con una sonrisa mirando a los dos peli violetas, no quería parecer grosera.
—Creo que debemos tomar las fotografías —indicó Rindou mirando a los fotógrafos que comenzaban a alinearse en busca de buenos ángulos.
Los Haitani se apartaron, los padres de la chica, sus hermanos y cuñada se colocaron junto a ella con sonrisas con las que pretendían engañar al público el día de mañana.
Cuando ellos se apartaron, Ran y su hermano se acercaron junto a Yasuo posando para las nuevas fotos, Ran tomando la mano de la pelinegra y a lado de él su hermano con el brazo entrelazado al de su pareja, todos sonriendo.
Los fotógrafos agradecieron con una sonrisa y se alejaron de ellos.
—Pide que sirvan la comida —ordenó Ran en un susurro en el oído de su hermano, quien al escucharlo hizo un movimiento de mano y todos los meseros desaparecieron hacia la cocina.
Rindou se fue al igual que su novio.
—Necesito hablar contigo —habló Ran en tono bajo hacia Saori, estaba serio.
Caminaron hacia una mesa alejada que se encontraba a varios metros de las demás mesas, esta ya estaba pensada para que ellos dos se sentaran ahí y poder tener más privacidad, todo fríamente calculado por Rindou. Se sentaron y al igual que ellos, los invitados tomaron asiento en otras mesas esperando la comida.
