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ㅡ¿Quién habla?ㅡel gruñido que soltó YoonGi al llevarse el celular a la oreja y contestar le llegó a doler la garganta.
ㅡ¿D-Donde estás?ㅡla voz rota de SeokJin entró por sus oídos, saliendo enseguida al encontrarse recién despierto y somnolientoㅡC-Con Hobi te e-estamos buscando d-desde ayer y... vuelve, Yoonnie.
Sus ojos se abrieron de golpe al procesar todo, sentándose tan rápido en la cama que estuvo a punto de marearse y nublarse.
No estaba en su casa, ni en su cama, y el cuerpo al lado suyo no era ni el de SeokJin ni el de NamJoon, era el de JiMin.
Los recuerdos a su cabeza llegaron enseguida y con completa lucidez, los coqueteos con JiMin ayer en la cafetería donde le contó el deseo de querer terminar su relación poliamorosa y la vergonzosa confesión de que era su tipo ideal, la nerviosa reunión en la cafetería y como se había ofrecido a dejar a JiMin a su departamento luego de eso, donde en el camino siguieron coqueteando a solas y se le fue imposible no subir con JiMin cuando este lo ofreció. ¡Ni si quiera habia tomado alcohol! Solo había actuado como un loco apenas la puerta se cerró y se apretó contra el pequeño rubio quien lo recibio de brazos -piernas igual- abiertos.
Se había acostado con JiMin, había besado a JiMin y le había embestido con sus cinco sentidos bien puestitos, sabiendo que SeokJin y NamJoon le estaban esperando en casa sin saber su paradero luego de aquella discusión.
ㅡY-YoonGi...ㅡel sollozo de NamJoon le hizo entrar en pánico, ¿qué hacía? ¿qué le decía? ¿como explicaba que su mejor amigo estaba desnudo al igual que él a su lado?
Intentó mantener la calma antes de explotar, la cabeza ya le dolía y era demasiado temprano por la mañana, no estaba maquinando bien aún y menos siendo presa del pánico.
ㅡEstoy bienㅡpudo hablar, sonando tan neutro y estoico para no delatar su nerviosismoㅡ. Yo... volveré en la tarde.
Y cortó.
Su mano cayó con su celular a su regazo, perdido mirando la habitación de JiMin que era un completo chiquero, podía ver el chaleco tejido que el rubio usaba ayer tirado en la puerta y sus propios pantalones negros en el pequeño sillón que su amigo tenía en una esquina, no quiso mirar más, no quería saber donde estaban las demás prendas.
¿Como podía explicar lo que había sucedido? Pensó con el pene, pensó en lo mucho que comenzaba a detestar su relación, pensó en lo bonito que se veía JiMin ayer y en nada más, esa era la unica explicación que podía darse a si mismo, ¿qué tan mal estaba como para dejar que todo eso ocurriera?
Y más encima con JiMin, ¡Ese maldito enano albino! No tuvo ni la decencia de detenerlo si no que le siguió la corriente, ¿como tomaba eso ahora?
Giró la cabeza al sentir como JiMin se enderezaba en la cama, las sábanas cayendo y dejando expuesto ese plano pecho que, ahora tenia alrededor de cinco a seis chupones cerca de las clavículas y en las costillas. YoonGi tuvo que apretar los ojos para ver si era real, y lo eran, bastantes.
