El Bisonte Izuku y la Vaca Katsuki están por cumplir un año de una dulce, divertida y amorosa relación.
Y para celebrar dicha fecha tan especial, Katsuki está listo para dar el siguiente paso...
☆ 𝑩𝒐𝒌𝒖 𝒏𝒐 𝑯𝒆𝒓𝒐 𝑨𝒄𝒂𝒅𝒆𝒎𝒊𝒂 ☆
Izuku Mid...
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Vacas felices es igual a leche de calidad, o eso suelen decir.
El Omega Katsuki Bakugo está seguro que, de ser una Vaca productora, su leche sería deliciosa y catalogada con un excelente puntaje. ¡De maldita selección premium! Y todo gracias al atractivo Bisonte Americano que tiene como pareja.
Sí, la Vaquita Guernsey rubia logró capturar a un Alfa Bisonte en vez de un Toro, como comúnmente pasa la mayoría de veces.
¿Cómo lo hizo? Bueno, sonará ridículo y cursi, pero fue amor a primera vista con una pizca de dulce suerte.
Meses atrás, Katsuki buscaba un lugar lejos del atrejeado ambiente estudiantil. El hibrido que acababa de empezar el segundo año universitario en una escuela distinta, a kilómetros de sus padres y antigua vida, aún no tenía amigos con los que pudiera entrar en confianza y perder las horas libres, así que ese día en particular optó por salir y explorar los alrededores fuera del modesto instituto.
Además, tenía una investigación que entregar la próxima semana y si bien el trabajo ya estaba hecho, a Katsuki le gustaba verificar por completo desde la primera hasta la última hoja, con la finalidad de agregar uno que otro detalle extra o corregir los errores que pudieran escaparse. Si lo hacía en un entorno calmado y silencioso mucho mejor.
Tras caminar algunos minutos, el rubio encuentra un local pequeño pero bonito a simple vista. Una cafetería.
Dudó al principio porque no era el tipo de lugar que frecuentaba, no obstante, su atención se centró en el cartel colorido en tonos pasteles anunciando los helados de temporada y siendo sinceros, las fresas se veían jugosas en la imagen promocional.
Motivado por el antojo de algo frío y dulce Katsuki decidió entra, siendo recibido por un agradable saludo que le daba la bienvenida. Algo curioso que notó en el momento, fue que los empleados eran híbridos felinos en su totalidad, muy amigables.
Una vez llegó al mostrador a echarle una mirada de cerca al menú, su mirada se iluminó al percatarse que había un helado con jarabe y trozos de duraznos, adornado con un par de arándanos azules. Inmediatamente agitó las orejas.
Tal vez no lo aparente, pero el rubio amante del picante tiene una debilidad por los duraznos. Podría comer a montones sin cansarse del sabor empalagoso. Por eso Katsuki ordena uno para comer en el local y toma asiento en una de las mesas del fondo.
Son las tres con quince de la tarde, su próxima clase empieza a las cinco con cuarenta minutos, así que hay tiempo de sobra para comer y revisar su trabajo sin prisa. Tuvo suerte de visitar la cafetería mientras estaba tranquilo y sin tantos clientes, eso ayudó a que se concentrara rápido.
Hablando del lugar, la impresión que Katsuki tuvo fue buena. Si pudiera describirlo usando una palabra, definitivamente diría que es "acogedor", dominado por tonos neutrales y cálidos. En cuanto a los alimentos, el helado de durazno estaba delicioso y los postres que alcanzaba a ver también lucían apetitosos.
