Prólogo

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El brillo de la luna comenzaba a asomar por entre un orificio de aquella cueva, atravesando apenas los pequeños espacios del gran árbol que cubrió mayormente el agujero.

El sonido suave de grillos se empezaba a escuchar, luciérnagas salían de entre plantas y otras entraban por aquel orificio, las pequeñas luciérnagas se amontonaban en un suave baile alrededor de lo que parecía ser un ataúd, uno completamente de vidrio.

Las pequeñas luces se apartaron al ser espantadas por el posamiento de una mano enguantada encima de aquella caja de vidrio, los bichitos rodearon al dueño de aquella mano, como queriendo darle algo de confort.

La mirada zafiro observaba con atención el rostro de la persona que se encontraba dentro de la caja, un rostro palido, cabello largo hasta los hombros de un intenso color azabache, pestañas largas, labios levemente rojos pero más los cubria un tenue color morado.

Aquella persona era nada más y nada menos que un adolescente adulto, aparentaba alrededor de unos veinte años, a ojos de cualquiera parecía que estaba plácidamente dormido, aunque no era tan lejos de la realidad.

Los bellos zafiros se llenaron de tristeza, paseo su mano suavemente por encima del vidrio, con un sentimiento de anheló creciendo en su pecho, quería que él volviera a estar a su lado.

Detuvo el movimiento de su mano al escuchar pisadas lentas detrás de él.

—Mi príncipe...tenemos que regresar

Escucho el suave murmuró de aquella persona, se giró levemente observando a un chico, de hebras rubias.

—No tienes por qué ser formal cuando estemos a solas Cameron—contesto volviendo su mirada al pelinegro—

El nombrado trago un poco, mordiendo su labio, no quería decir nada incorrecto delante de su alteza y amigo, no en ese momento, no cuando estaban delante del lugar de descanso de su Rey.

—El no está muerto Cameron—susurro—Juro por mi vida que el volvera, el Rey volverá.

Pronunció girándose por completo, empezando a caminar dirigiendo su mano al broche que sostenía el gran abrigo negro que llevaba en sus hombros, apretó con firmeza aquella joya con forma de un dragón negro de ojos malva que se enroscaba alrededor de una piedra del mismo color que sus ojos.

—No solo le prometí venganza a el, si no también al pueblo, el pueblo que volvera a tener a su Rey— pronunció con determinación observando por encima de su hombro

El muchacho de hembras rubias sorprendido por aquellas palabras solo asintió levemente y deseando que su príncipe cumpliera sus palabras, el también anhelaba el regreso de su rey.

Al salir del lugar vieron una caravana esperando por ellos, todos mirando con respeto y anhelo a su príncipe, todo estaba listo y faltaba poco para que comenzará todo.

Por qué comenzaría...La venganza del Príncipe.

The Prince's Revenge [LiuxJeff] HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora