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Cristina: Federicooo...aahh! - Tiró con fuerza de su cabello y a él no le importó.

Federico: Ahora te voy a meter, Cris. - Cuando iba a sacar el miembro, llegó alguien.

Empleada X: Buenas tardes....perdón por molestar al Sr. Federico y Cristina, ¿ya está listo el almuerzo, quieren que lo sirvan afuera?

Federico y Cristina acababan de soltarse, pero aún estaban cerca.

Federico: Puedes servir aquí mismo.
- Respondió, porque parecía que Cristina todavía está aireada por lo que acaba de pasar.

Empleada X: Traeré las cosas.

Federico solo asintió y Cristina salió rápidamente de la piscina, escapando de su agarre. Él salió tras ella mirándole el trasero. Y sonrió.
Cristina se sentó en una silla.

Federico: Que ganas de despedirla por haber interrumpido nuestro momento ¿Qué pasa Cristina? - Se sentó a su lado y colocó una mano en su muslo.

Cristina: Nada. - Ella solo miró donde estaba su mano.

Federico: Cristina, no puedes estar actuando así cada vez que pasa algo entre nosotros dos.

Cristina: Actuando como? - Ella sabía de lo que estaba hablando, pero hizo el ridículo.

Federico: Entonces, fingiendo que no pasó nada. Hoy temprano, nos besamos y te escapaste. Ahora, hice que te corrieras, y te ves así, como si nada hubiera pasado. - Sonrió de soslayo, ella se sonrojó de vergüenza por lo que dijo.

Cristina: Cállate, Federico. Me quedo así porque no tengo nada que decir. - Se cruzó de brazos.

Federico: Está bien, Cristina. Puedes seguir fingiendo que no pasó nada.-  Apartó la mano de su pierna.
El no la entendia. Enojado fue al baño.

Y ella lo vio irse. Tenía razón, estaba fingiendo que no pasaba nada, porque ella está confundida, con sus sentimientos y su cuerpo, Federico era un hombre, alto, grande, fuerte, con una mirada penetrante que la ponía nerviosa.
¿Y qué mujer podría resistirse a él?
Feederico no parecía el hombre que pasaría mucho tiempo sin sexo. Seguramente tenía alguna mujer, una amante. Estaba furiosa con estos pensamientos.

Vio a dos sirvientas poner su almuerzo en la mesa, les dio las gracias y se fueron.
Llegó, se sentó a la mesa y comenzó a comer en silencio. Ella solo picoteó la comida.

Federico: ¿No vas a comer? - Durante un rato la miró y solo la vio revolviendo la comida con un tenedor.

Cristina: No tengo hambre. - Ella lo miró pero luego desvió la mirada.

Federico: Hmm.

Cristina: Lo siento, Federico. no se que me pasa Quería darte una respuesta concreta, pero ni siquiera sé qué me pasa. - Bajó la cabeza y se llevó las manos a la cara. Sentía que le debía una explicación, incluso ella no entendía esta forma "bipolar" suya.

Frederico: Cristina...- Le tomó las manos. - Quiero aprovechar que aquí estamos solos los dos y pedirte perdón por lo de anoche, aunque nunca me lo perdone.
Bajó la cabeza avergonzado.

Por Amarte - EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora