𝘛𝘶 𝘈𝘯𝘪𝘭𝘭𝘰 𝘕𝘰 𝘚𝘢𝘭𝘦 𝘋𝘦 𝘔í 𝘋𝘦𝘥𝘰 [𝘾𝙝𝙖𝙣𝙨𝙪𝙣𝙜]

Epílogo II (Fin)

Por quinta vez en el día —Minho ven acá, necesitas alimentarte— Chan tenía la cuchara en sus manos, maniobrando entre no botar nada e intentando atrapar a su pequeño hijo que estaba corriendo por toda la casa como si fuera un atleta de alto rendimiento.

—¡Nooo!— El pequeño negaba con vehemencia mientras tapaba su boca con ambas manos —No quielo.

—No me respondas así, tienes que comerte todo. Serás un niño mas grande y más fuerte si comes sano.

— No quiello, papi Sung, papi— Minho gritó más fuerte cuando lo vio aparecer, y corrió para poder llegar a él antes de que Chan lo agarrara.

Jisung miró a Chris y la cuchara que tenía en la mano, entendiendo al instante. Aún así preguntó —¿Qué te pasó amor?, ¿Por qué corres?— Minho le saltó encima para que lo atrapara en sus brazos y lo salvara. Minho pensando que lo estaba alejando de la mala comida, se sintió traicionado cuando su papá Sung lo acercó a la mesa donde Chan estaba con la cuchara lista.

—Te quielo mucho— No quiso soltarlo, abrazándose del cuello con fuerza —No quielo comida fea.

—¿Y a mi?, ¿Me quieres, bebé?— Preguntó Chan para molestarlo.

—No, papá malo— Chris hizo un puchero que Minho imitó. Que al ver a su papá apunto de llorar (según él), le saltó encima para darle un beso en la mejilla.

—Ella mentila. Papi yo te quielo muto— Ahora los tres estaban sentados en la mesa. Chan sosteniendo a su hijo en las piernas mientras le daba la sopa con una cucharita. Jisung los miraba, no podía creer que su vida fuera tan perfecta.

Tocaron la puerta apenas una vez  y las visitas pasaron como si fuera su casa —Chris, Jisung, iremos al parque. Queríamos invitar a Minho-shi para que tome un poco de aire.

—Sung, ¿Tú qué dices?— Chan observó a esposo que estaba mirándolos con una sonrisa.

—Que está muy pequeño para que vaya solo— Dudo cuando vio a su bello hijo, pensando en el miedo que aún le daba que lo apartaran de su vista.

—Yo quielo— Decía Minho, asintiendo con una sonrisa.

—Bueno, si él quiere nada que hacer— Tomó a su hijo que estaba en sus rodillas y se lo pasó a Jisung para que lo tuviera. Él fue a buscar un bolso que ya tenia listo en la pieza, el mismo que usaba para cuando se les ocurriera salir a ultima hora —Toma esto y esto— Se acercó a Changbin y luego a su hijo, separándolo de Jisung para pasárselo a Felix, dándole un gran beso en la mejilla. —Te quiero mucho mucho.

—Muah...— Les mando un beso —Chao papis— Se fue en los brazos de Changbin, riendo y cantando una canción que hace poco había aprendido. Cantando más fuerte a medida que sus tíos lo incentivaban.

Jisung al ver que su hijo ya estaba con sus tíos, sonrió tímidamente y se paró a lavar los platos recién usados con un Chan que lo siguió colocándose tras él, abrazándolo —Te amo, no sabes cuanto. Pero a mí me tocaba lavar estas cosas.

—No te preocupes, yo también puedo. Y respecto a tu confesión romántica, yo te amo mucho más— Le dijo melosamente mientras se giraba y llevaba sus brazos y manos mojadas alrededor de su cuello. Provocando que su esposo se contrajera con escalofríos.

—Mejor dejémoslo en que los dos nos amamos con locura— Se besaron —¿Terminarás de lavar los platos?— Preguntó divertido.

—Bueno si eso quieres— Girándose al lavadero.

—No, claro que no. Hace tiempo que no te tengo para mi solo— Lo volvió a girar y lo tomó de la cintura, tirándolo sobre su hombro como un saco de papas y se lo llevó a la pieza. Jisung no podía dejar de reír a pesar de la incómoda posición en la que se encontraba. Cuando llegaron a la habitación, tiró a Jisung a la cama situándose arriba de él —Ahora serás todo mío— Jisung solo acató, extrañaba esos momentos de amor donde podía hablar, gritar y gemir como si no hubiera nadie mas en el mundo.