Capítulo VII

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Capítulo VII

El sonido agudo del teléfono hizo que despertará. Ya se imaginaba quién podía ser y por su rostro, esa llamada iba a comprobar las cosas
Ella se conocía bien a sí misma y sabía que iba a perdonarla sin ni siquiera pensárselo. Estaba muy enamorada como para dejar atrás, la oportunidad de tenerla. Las palabras de Cassandra salían en su mente como fotografías pero sabía que no iba a ser fuerte ni iba con ella. Acabaría con todo para estar con Amber, eliminaría al mundo entero solo para estar con ella, hasta se dejaba maltratar para que ella no corriera peligro. Esos sentimientos la hacían débil e sensible, no soportaba sentir eso pero le gustaba sentirlo por ella.
Quería contestar a esa llamada sin pensarlo y decirte que estarían juntas siempre, pasé lo que pase ella sería su salvavidas. Pero había algo que impedía y se preguntaba ¿esto está bien?
Fue valiente por primera vez y dio unos pasos hacia ese teléfono 
-¿Hola?
Escuchó una respiración que le hizo sentir dolor. 
-soy yo. Oye, perdón por lo de ayer 
Le dijo con un tono arrepentida pero por obligación. Como si eso fuera una escapada a las mil peleas que sabe que vendrán 
-¿Eso es todo?
-esta tarde te espero en la biblioteca, por favor ven y te explico mejor lo que pasó 
Eso era ¿una disculpa o una cita?
-amber no puedes arreglar el dolor que me causa escuchar eso. Pero te daré una oportunidad para que te expliques
-bien…nos vemos 
Su tono era muy inseguro. Le dio vueltas y pensó que esto era solo para estar bien.
Fue a por un cuaderno donde escribió como se  sentía después de haber escuchado su voz 

Hoy es 22/07/1887
El día de ayer tuve un encuentro precioso con la mujer a la que amo pero no salió como me lo imaginaba. Tuvimos una noche bajo las estrellas hablando tumbas sobre el césped pero tenía que llegar ese momento. No soy su felicidad como lo es ella para mí. Me sentí muy tonta por creer que podíamos llegar a ser algo, para mí ella es todo lo que busco. Mi debilidad crece cada día que veo esos hermosos ojos verdes, mi fuerza crece si se trata de defenderla pero eso no es lo que ella me demostró estos años.
Soy una persona muy feliz a su lado, no importa de que vaya la conversación, no importa la hora ni los minutos, siempre me sacará una sonrisa y mis ganas de pasar mi futuro con ella aumentarán. 
En ella mis pensamientos se pierden, es la única en mis pensamientos y siempre lo va a ser. Me hace feliz y no importa si ella no quiere llegar a nada.

Veía lo que había escrito y por primera vez tenía lástima de sí misma. Sus sentimientos eran de verdad y eran sinceros. Leyendo sus palabras, se sintió perdida del todo.
Estaba inquieta, no sabía qué hacer ni qué pensar, Amber estaba rodando por su mente a todo momento. En su rostro aparecía dolor y confusión, estaba intentando entender el sentimiento que tiene por ella.
Por su cabeza pasaban muchos recuerdos pero podría destacar uno 

-salimos al campo?. Ya se que nunca paseamos por ahí pero quiero enseñarte lo bello que es
La pelirroja lo decía con una sonrisa dulce mientras que amber la ignoraba
-¿Me estás escuchando?
Su altitud era fría. Se fue a un espejo para hacerse la cola de caballo.
 -ahhhh
Dejó de, insistir ya que no la iba a escuchar 
-no iremos al campo, nos quedemos en mi casa
-porque nunca quieres hacer nada conmigo?. Somos amigas y siempre estamos en tu casa, nunca salimos 
Melanie tragó saliva con algo de terror en la mirada
-no somos amigas, tu siempre me sigues a todas partes y con eso te consigues mi amiga. Además yo no te invito, tú eres la que viene 
Le dolió escuchar eso. Todo su cuerpo estaba paralizado, los temblores se habían apoderado de ella.
Sabía que iba a contestarle de esa forma pero no estaba lista para escucharlo.

Ese recuerdo era uno de los muchos que tenía con una mujer fría e insensible. No se acordaba de esa parte de su amistad, ahora creía que intentar ser algo más que amigas cambiaría las cosas. 
Fue a la cocina para preparar un delicioso plato.  No quería despertar a la madre ya que se sentía mal y no quería molestarla porqué se iba  en dos días. La pasta estaba lista, se acercó al sillón a comer en soledad. Se sentía Agustín sin que nadie le molestara pero se sentía como dentro de una jaula donde no había nadie ni nada que te diera la libertad. 
Su tranquilidad se vio interrumpida por un golpe en la puerta
-¿Quién es?
Pregunto antes de abrir 
-soy yo, amber
Inclinó la cabeza soltando un suspiro. Abrió la puerta no tan segura 
-Qué haces aquí?
-he cambiado de opinión eso es todo 
No le sorprendía, siempre había cambiado de opinión. Pero esta tenía una sonrisa que iluminaba toda la sala
-He pensado ir al campo, cuando éramos amigas tenias siempre ganas de ir. Perdón por siempre haberme ignoradas y haber sido fría pero el campo no me gusta mucho 
Frunció las cejas. No sabía si creerle
-cuando éramos amigas?
-mel…
Le cogió las manos acariciándose. La pelirroja tiro para adelante su cabeza preguntándose que pasaba
-no quiero ser tu amiga
 -no lo eras antes 
Susurro con lágrimas en los ojos 
-me harías muy feliz si aceptas salir conmigo
Abrió los ojos como platos y su boca se quedó abierta. Antes de responder negó con la cabeza y sonrió emocionada 
-a mí también me encantaría. Me gustas amber y me gustas mucho. No sabes lo que he esperado para esto
La agarró de la cintura acercando sus labios a los suyos. Era una sensación extraña para ella, nunca imaginó siendo la mujer de Amber william pero le gustaba. Sentía que todos sus problemas se esfuma antes, su única preocupación era que nadie destrozada esto que se había formado 

El futuro que nunca tendremos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora