03 (Final)

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- Bienvenida.

Frente a ella, en el gran sótano, se encontraba el mismo piano en el que Eunwoo le había enseñado a tocar cuando tenía doce. Además, había una mesita con chocolate caliente y malvaviscos. Y para darle el toque final, unas bonitas lámparas doradas adornaban el techo, haciendo juego con la alfombra mullida color ocre.

- ¿Qué es esto, Eunwoo? -ella sentía como si estuviera demasiado dormida.

Él no respondió, se limitó a tomar su mano y guiarla hasta el majestuoso instrumento.

- ¿Recuerdas la canción que te enseñé aquella vez? -preguntó él, Dahyun asintió.

¿Cómo podría olvidarla? Estaba tan emocionada en esa ocasión que se la pasó toda una semana tarareando dicha canción.

Eunwoo sonrió y comenzó a tocar. Rápidamente ella se le unió, creando entre ambos una perfecta sincronía. Ambos conocían la letra de esa canción, una tan romántica que si Bin la escuchaba vomitaría.

Ellos siguieron en lo suyo, conectándose a través de la hermosa melodía que estaban produciendo.

Al terminar, él sostuvo la mano de ella. Dahyun se sorprendió al sentir de nuevo la suavidad de sus manos.

- Dubu, en serio necesito hablar contigo -se levantó, haciendo que ella lo siguiera.

La dejó sentada en la alfombra y le llevó una taza de chocolate caliente, la cual recibió contenta soplando un poco para enfriarlo.

- Te preguntaría cómo supiste que era mi favorito pero creo que intuyo la respuesta -sonrió burlona-, además sonaría muy cliché.

- Claro, porque no somos una pareja cliché -rió pero, al ver los ojos agrandados de la chica reaccionó a sus propias palabras.

Había dicho pareja.

- Ehh, n-no quise decir... -tartamudeó.

- No. Está bien -lo calmó con una sonrisa ladeada-. ¿De qué necesitas hablar?

Cierto. Recordó. Ahora viene la parte difícil.

- Dubu...¿por qué quisiste que yo fuera tu primer beso? -preguntó sabiendo perfectamente la respuesta, pero queriendo escucharla de ella.

- ¡Oh! Emm... bueno... -se puso roja y Eunwoo pensó que no podía verse más tierna-. Aish. Ya lo sabes, ¿no?

Dejó la taza de lado. Tomó aire y cerró con fuerza los ojos para luego exclamar:

- ¡Me gustas, Eunwoo!

Y esa oración bastó para que él sonriera a más no poder e inflara con orgullo su pecho.

- No te burles de mí, ¿sí?

- No es eso -volvió a tomar su mano-. ¿Desde cuándo?

- Ni siquiera lo sé -suspiró-, sólo recuerdo que un día llegué a tu casa, me saludaste como siempre pero, para mí no fué como siempre. ¿Me entiendes?

- Por supuesto que sí -le acarició la mano-, Dubu yo también me siento así.

Dahyun tomó un momento para procesarlo.

- Y, ¿desde cuándo? -cuestionó con algo de timidez en su voz.

- Tampoco lo sé -sonrió de lado-. Un día sólo te ví bailar sola y pensé "ah, qué tierna es mi Dubu". Luego de eso no parabas de aparecer en mi cabeza. Dubu, ¿ese cabello te da poderes o algo?

Ella rió- No lo creo, ¿por qué?

- Entonces no comprendo el hechizo tan fuerte que pusiste sobre mí -la chica se tapó la cara.

Si no es molestia, ¿me puedes dar un beso? - DawooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora