Capítulo tres.

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-No- Dije riendo.
-Por favor. - Suplicó poniéndose de rodillas delante mío.
-¡Qué no!- Dije cruzandome de brazos.- Tengo que ayudar a mi madre hoy en un servicio que tiene que hacer.
-¿Y si ese servicio es el de la fiesta de él? -Preguntó elevando sus cejas.
-No lo es, es de una señora rica.
-Por favor Megan- Juntó sus dos manos.
-No Melissa, vete tú con Liam.
-No, yo me quiero divertir contigo. -Dijo haciendo puchero.
-¿En donde va a ser la fiesta?-Pregunté.
-En su casa.-Respondió sonriendo.
-Bueno, pero si voy es por ti, no por ese agrandado.
-¡Sabía que ivas a aceptar! -Dijo aplaudiendo.
-Sí como sea.-Me levanté y subí las escaleras hasta mi habitación, tomé el teléfono de mi cama y marqué el número de mamá, dos tonos en línea y corté negando.
-¿Por qué cortaste?- Preguntó Melissa arrebatandome el teléfono.
-No lo voy hacer, tendrás que ir tú a la fiesta.
-Megan, estamos en la mejor etapa de la vida, no puedes estar todo el maldito día en tu casa encerrada. Tienes que salir, conocer chicos, no siempre me tendrás a mi.- Dijo enfadada sentándose en mi cama.
-No digas eso, si conosco gente, y mucha. Estoy tratando de hacer lo posible para que mi madre no se decepcione nunca de mi, e ir a una fiesta será malo.- Me senté a su lado.
-Megan, tu madre estará bien.
-Ella todavía está con el dolor Melissa, ella extraña a mi padre.
-Ella lo superó Megan, ¿Acaso no entiendes? Te lo dije mil veces. ¿Sabes qué creo yo? Que tienes miedo que tu madre se vaya como se fue tu papá, por eso quieres ser "la hija perfecta".- Dicho esto Melissa salió de mi piesa dando un portazo.
Capas que Melissa tenga razón, solo quiero hacer feliz a mi madre porque no quiero que se valla de mi lado nunca, capas que yo soy la que sigue con el dolor, capas que mi madre ya lo superó y yo sea la herida en esta historia. Melissa tiene razón, esta es la etapa más linda, la adolescencia. Y la tengo que aprovechar.
Tomé el teléfono y marqué el número de mi madre.
-Hola- Susurró.
-Mamá.
-¿Qué quieres hija? Estoy trabajando.
-Lo sé mamá pero te quería preguntar algo.
-Dime.
-Hoy Melissa va hacer una fiesta¿ Puedo ir?
-Megan...¿Y el servicio?
-Lo siento mamá, no debí preguntarte eso, ya le diré a Melissa que no iré.
-¿Sabes qué? No te preocupes, ya llego a la casa y te doy dinero, así vallas a comprar ropa con Melissa.
-Bueno...- Dije y corté algo extrañada, ya que mi madre nunca era asi de permisiva.
°°°°
-¿A dónde iremos?- Mientras Melissa me estiraba del brazo y caminaba por las calles de Londres buscando alguna tienda de ropa.
-Esto es perfecto para ti.- Dijo viendo un vestido color negro, ajustado que llegaba hasta la mitad de los muslos del maniquí, con cinturón fino color dorado en la cintura.-Entraremos ahí.
-Buenas tardes señoritas, ¿Qué necesitaban? -Preguntó una señora de unos cincuenta años.
-Mi amiga necesita ese vestido.- Respondió Melissa señalando el vestido. La señora me dio el vestido y entre al probador a ponérmelo.
-Es muy ajustado.- Dije saliendo de allí con cara de disgusto.
-¡Me encanta! Solo que vamos a necesitar otro cinturón. -Dijo la señora mientras buscaba en unos cajones otro cinturón- Este.- Me entregó el cinturón de color plateado.
-Perfecto- Aplaudió Melissa.
-No, prefiero otra cosa, esto es muy ajustado. -Dije buscando entre perchas algún vestido.- ¿Tiene que ser si o si vestido?-Pregunté a Melissa por lo que ella me negó.
-Este me gusta. - Dije sonriendo sacando del perchero un vestido color salmón, ajustado hasta la cintura y luego en forma campana hasta las rodillas.
-No Megan, de ninguna manera.- Dijo Melissa negando, mientras seguía buscado algo en el perchero. - Tengo una idea, tú eliges la parte de arriba y que te pondrás en los pies, y yo la parte de abajo.
-Bueno.- Suspire
°°°°
-Está pollera es muy corta.- Me quejé. Yo había elegido una blusa de muchos colores, y para los pies mis zapatos con muy poca plataforma color negro, pero Melissa eligió una pollera tiro alto hasta abajo de las nalgas color negro.
-Pues te tendrás que poner igual.- Dijo poniéndose labial rojo.
-Te odio.- Bufé, hoy prácticamente me vistió y pintó ella, tenia labial rojo, ojos pintados de negros, hasta me pinto las uñas de color rojo. Mientras tanto ella iba con un vestido color rojo, sin mangas, ajustado hasta la mitad de los muslos.
Llegamos a la fiesta y todo estaba en total descontrol, no conocía a nadie. Melissa me llevo hasta una especie de pista donde ella comenzó a bailar.
-¿Por qué no bailas?- Gritó.
-No tengo ganas- Dije elevando mis hombros.
-Te hace falta un par de tragos. -Me dijo para luego llevarme hacia la barra de tragos.

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