Cap. 17 takataka

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Ya era lunes y el instituto esperaba a los doce chicos, quizá, mas desastrosos que pueden estudiar en él.

Ninguno de los chicos mostraban indicios de levantarse, pero al parecer sus alarmas tenían planes distintos.

¡RINGGGGGGGGG!

La primera alarma en sonar fue la de Leo, y digamos que hasta el pequeño león sabe que no se despertaría si pusiera una canción como alarma, así que por eso mismo puso el sonido de un despertador y a todo volumen.

Así que apenas sonó la alarma, Capricornio dio un respingo por aquel ruido tan repentino e inesperado por lo tanto cuando se levantó aun estando un poco adormilado se tropezó con las pantuflas de Leo y se fue de bruces contra el suelo

—¡Ahh, mierda!

Mientras Capricornio se sobaba su carita con su mano intentando aliviar un poco el dolor, Leo seguía profundamente dormido. Capricornio pensó en vengarse despertándolo con una cubeta de agua helada, pero prefirió no hacerlo. Pensó en que si Leo no se despertaba a tiempo tendría que irse caminando al instituto

Y eso le pareció mejor venganza, así que solo se levantó —con la mitad de su cara adormecida, por cierto— y fue al baño a ducharse.

En otra de las habitaciones se encontraba Virgo despierta leyendo algún libro, y es que toda la noche había estado diciendo: Solo un capítulo más. Ya al fin había terminado el libro y lo deja en su cómoda para luego soltar un bostezo.

—Bien, hora de dormir—dice mientras toma su teléfono asegurándose de haber puesto la alarma y justo cuando lo toma, la alarma suena. Virgo se confunde un poco, pero al ver la hora abre sus ojos de más—Mi-er-da

Mientras, Aries intentaba despertar a Piscis. Ya había intentado con todo y nada había funcionado, Piscis parece un tronco. La cama de Piscis estaba completamente llena de agua y es que a Aries se le había agotado la poca paciencia que tiene y al contrario de Capricornio, ella si le había tirado la cubeta con agua encima, pero había sido inútil al igual que todos sus intentos anteriores.

Había ido a la cocina por una olla y una cuchara, se puso al lado de Piscis y acercó la olla a su oído para luego comenzar a golpear la olla con la cuchara haciendo mucho más ruido del necesario.

Y puedo decir con seguridad que ese ruido despertó a todos en esa casa menos a la queridísima Piscis ¿Cómo puede tener el sueño tan pesado?

—A la mierda, ya no intentaré despertarte. Pareciera que estuvieras igual dee muerta que Eddie Munson.

Al decir eso Piscis despierta automáticamente mirando a Aries de forma asesina.

—uh, golpe bajo—murmuró para luego tomar aire—¿COMO TE ATREVES A NOMBRAR DE ESA FORMA AL DIOS EDDIE? ¿QUE ACASO NO SABES DE CULTURA? —le pregunta, incrédula y enojada a partes iguales.

—Bien, ya despertaste. Es hora de ir al instituto —le recuerda saliendo de la habitación, pero antes de salir de la habitación habla:—lo siento, pero prefiero mil veces a Steve, adiós

Aries sale de la habitación y Piscis se queda haciendo rabieta y al parecer no se había dado cuenta que estaba empapada de agua.

Luego de un par de minutos la mayoría de los chicos estaban afuera ya listos para ir al instituto, pero había un pequeño contratiempo el cual es que el auto de Géminis se los habían confiscado sus padres (todos desconocen la razón)

—Bien, solo tenemos a disposición dos auto así que deberíamos organizarnos—empezó a hablar Libra, pero Tauro lo interrumpió

—¡Matanga dijo la changa!—y rápidamente se subió al auto de Libra y los demás le siguieron.

El zodiaco y sus ocurrenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora