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—Take!.— Estaba gritando y saltando intentando llamar la atención de su amigo, el cual estaba totalmente concentrado, en medio de una clase, en el 2 piso del instituto.
Habían quedado para salir al centro comercial, y cómo después tenían que ir a una reunión de la Toman, concordaron en ir en la mañana, decidiendo así, fugarse de la clase.

Sentía como la garganta se le secaba un poco de tanto gritar, solo esperaba que el profesor no le escuchara, si llegara a pasar, su amigo tendría serios problemas con el Director. Estuvo gritando un par de veces más hasta que por fin capto la atención del chico, el cual lo saludo levemente, y procedió a pararse de su asiento, así desapareciendo de su vista.

Clases, realmente eran aburridas. En especial la de historia, no tenía algo contra la materia, de hecho le iba muy bien, el problema era el profesor. Su forma de hablar era tan lenta y aburrida, que realmente daba sueño estar en su clase, parecía una tortuga intentando leer.

Con este profesor realmente aprenderemos?, ah, realmente quiero irme. Tengo ganas de comer algún pastel, pie de limón, tarta de manzana, oh mejor, una tarta de chocolate con manjar! Si una de Milhojas! De solo pensarlo se me hace agua a la boca.

—Take!.—

Al escuchar esa peculiar voz rápidamente volteó hacia la ventana, ahí había un hermoso chico con el cabello rubio teñido, una piel de porcelana y unos hermosos ojos verdes. De paso, Saltaba como sapo. Si, ese era Chifuyu, Su mejor amigo. —ja!.— lo había salvado, sinceramente no me acordaba que teníamos que salir, Que tonto soy.

Rápidamente me pare, tome mis cosas y fui donde el profesor. Cuando llegue a su lado, saque lentamente mi teléfono y vi cómo este dirigió su mirada hacia mi, preguntando con la mirada que necesitaba. Ahí, supe que era hora de actuar.

—Profesor Yamamoto, siento mucho interrumpir su clase, pero tengo una emergencia, mi madre...está mal. Ella está en el hospital, recién me enteré. Y realmente quiero estar con ella. Por favor profesor, déjeme salir de clases.— susurrando estas palabras, como si fueran las últimas que diría antes de morir, pequeños fragmentos cristalinos salían de sus ovalados y añiles ojos, sumándose un carmín hostigoso que se posaba en su nariz.

El Profesor abrió tanto los ojos como pudo, dio un rápido "Si" mientras asentía. Jamás había visto en ese estado al mejor estudiante, así que su sorpresa fue mucha. El rubio salió del salón lo más rápido que pudo, y a penas cerró la puerta, una enorme sonrisa se formó en su rostro.

—Ja! Realmente debería considerar ser un actor. Caen tan rápido, en especial cuando uno llora.— se tiro el cabello para atrás, y rápidamente seco sus lagrimas. Se dio media vuelta y empezó a correr hacia las escaleras, empezó a bajar tan rápido que casi se dobla los pies, iba incluso saltándose algunos escalones, con tal de llegar lo antes posible donde su amigo y no perder ni un segundo.

Ahí venía su mejor amigo, el cual parecía caballo por lo rápido que corría hacia acá, tenía el cabello rubio, teñido como el, brillaba tanto que parecía oro, tenía unos ojos añiles, y una piel ligeramente tostada. Pudo observar cómo se soltaba un poco la perfecta corbata que traía puesta, realmente Takemichi se veía muy bien con el Uniforme de su Instituto.

—Compañero!, cómo estás?.— preguntaba el de ojos esmeralda mientras chocaba el puño con su amigo.

—Fuyu, aburrido, las clases estaban de lo peor, agradezco que hayamos planificado salir hoy. Y tú? Cómo no te pillaron tratando de escapar? Y, Pregunta importante, que hiciste con el Guardia que supervisaba la entrada? No lo veo por ningún lado.— observo unos segundos el lugar viendo cómo este estaba completamente vacío, le brindo una sonrisa de complicidad a su amigo mientras se terminaba de sacar la corbata y el chaleco. Por último, desabrochó los botones principales de su camisa, guardando lo demás en el bolso.

El Baño |Takemikey|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora