Capítulo 1: ¿Casería?

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Los pasos de unos tacones apresurados es escuchaban en el largo pasillo, la mirada de la mujer parecía preocupada y nerviosa, entre sus manos tenía tres cartas de distintos colores con distintos sellos, su caminata término en una enorme puerta en los lados estaba dos guardias.

La sirvienta mostró las cartas a los guardias, uno de ellos toco la puerta antes de abrir y al escuchar una afirmación, la dejaron pasar adentro del estudio donde estaba el emperador muy conocido por todo el reino como sovieshu que se encontraba revisando unos documentos importantes que le envió su esposa.

- Su majestad... Estas tres cartas van dirigidas a usted -Dijo la sirvienta que se quitaba el sudor para ir hacia el emperador, dejando las tres cartas en el escritorio, una de cada lado alineadas.

- Quémalas -dijo sin mirar las cartas.

La sirvienta se sorprendió por la extraña petición y la hostilidad hacia las pobres cartas, quería decirle al emperador que mirar, aunque sea una de ellas para ver si son tan malas como para quemarlas, pero no pudo, ella no era la sirvienta personal del emperador y solo podía callar y obedecer las órdenes.

- si emperador -Agarro con cuidado las tres cartas y se retiro.

La puerta se cerro dejándolo solo, dejo las documentos que ya los había revisado como tres veces y estaba a punto de dejar los documentos como revisado si no fuera por la sirvienta que interrumpió su propósito y solo pudo fingir que estaba revisando el documento por cuarta vez.

- (Por que siguen enviado esas malditas cartas, a mi solo me gusta la emperatriz no entiendo los poemas y promesas de esas cartas) -

Ya sabia sobre qué familias pertenecí las cartas, pero el problema es quien las envía si es una hija o un hijo o de una amante favorita del harem de una de esas familias y viendo que el color de las tres cartas eran distintos suponía que era las hijas o de una mujer de las familias que callo perdidamente enamorada del emperador del Imperio de Oriente.

Antes sovieshu pensaba que esas cartas eran de una invitación para una fiesta o de un problema de los ministros, pero al ver los contenidos pensó que era una broma de mal gusto que no le dio ninguna importancia, al pasar los días, noto que las cartas venían cada día y cada noche sin falta con distintos poemas o promesas diferentes empezando por una dulce poema y terminando con una promesa aterradora.

Pero el que más o menos le agrada, al no ser un poema dulce o aterradora, era la carta azul claro con el sello del reino de Obelia y su contenido era neutral, aunque si hacía promesas un poco sádicas, pero no aterradoras. Antes peso que era el joven príncipe, pero recordando que aún no tiene, esposa y hijas o hijos, sovieshu supuso que una de las mujeres del harem del palacio rubi se interesó en el emperador y logro obtener el sello de la familia obelia al ser la amante favorita o eso suponía.

- (Debería intentar hablar con una de esas familias y explicarles que las cartas que envían es molesta, Aunque... Viendo como son las familias de esos reinos prefieren no cometer un suicido aún) -

sovieshu miro las enormes ventas que dejaban pasar los pequeños rallos solares del hermoso sol que lo invitaba a dar un paseo relajante sin preocuparse por los papeleos o los documentos que la emperatriz le da o de las sirvientas que le entregaban algún documento por parte de algunos condes.

- Supongo que no haría daño cazar algo, espero que mis trapas al fin allá atrapado algo bueno que tontas liebres blancas -

Sovieshu dejo es estudio y se fue hacia su habitación, se quita la ropa que tenía para cambiarla por una ropa que se adapte mejor al entorno del bosque, como siempre llamo al Conde Carl invitándolo a dar un paseo por el bosque o ir a cazar, como era de esperarse, se negó.

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