Señores Waybrigth.

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Sasha estaba contando del 1 al millón para que no surgera un accidente

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Sasha estaba contando del 1 al millón para que no surgera un accidente. El carro de sus padres no era tan grande y no sabia por que sus amigas las siguieron hasta ahí, Bosha llevaba a Willow en sus piernas, Amity llevaba a Luz y Darcy llevaba a Anne (quien había empujado a Marcy para sentarse en las piernas de su hermana) y ahí estaba la pobre Sasha, contando y dejando de respirar para que su amiguito no la traicionara ahí.

Marcy se sentía igual de nerviosa, Sasha la tenia agarrada de la cintura y podía sentir los pequeños temblores qué tenia, de igual forma contaba del 1 al millón para no pensar en otra cosa.

—Marcy, ten, son galletas con vitaminas.— La voz de la rubia mayor hizo temblar a todas en el auto, si, hasta a Boscha.

—G-Gracias señora Waybrigth...

—Tienes que cuidarte ahora.— Fue el turno del rubio de hablar, Marcy jamás imagino que tanto padres como hija tuvieran voces muy profundas y tenebrosas.— Llegamos.

Sasha respiro otra vez cuando Marcy bajo del auto rápidamente.

—Sasha.— Hablo su madre.— Dile a Marcy qué las esperamos en el despacho de tu padre, ya qué tus amigas vinieron ahí hablaremos.

Sasha asintió con cierto nerviosismo, sus amigas (menos Marcy Darcy) veían con sorpresa la casa del señor Waybrigth, no era tan grande pero si eran lujosa.

Al entrar, los 6 chicas se fueron al comedor, mientras que Marcy y Sasha seguían a los padres de la mayor.

—Siéntense.— Ordenó el mayor y rápidamente obedeciendo la orden.

Se quedaron en silencio mientras la señora Waybrigth veía el reloj de su muñeca.

—¿De verdad tenemos que esperarlo?— Preguntó con cierto enojo el señor Waybrigth.

—Es mi esposo y tiene todo el derecho de meterse en esto.

—Si, se que es tu nuevo esposo pero ¿por que tiene que traer a su hermana?

—Ellos igual educaron a tu hija.

—U-Un minuto... no me digas que vendrá...— Sasha se puso más pálida de lo que ya era, asustando a Marcy.

Pronto se escucharon los pasos acercarse y mientras más se escuchaba Sasha sentía su corazón detenerse.

—Lamentamos la demora, hay 6 chicas deborando todo en la cocina y tuvimos que rodear.— Marcy vio a dos señores altos y algo musculosos entrar al lugar, era obvio que eran hermanos ya qué, además de la cicatriz en el ojo, eran idénticos.

—Bueno ya llegaron.— El padre de Sasha rodó los ojos, y se cruzo de brazos.

—Pueden comenzar.

—Muy bien, Sasha, Marcy... ¿Cuanto tiempo pensaba ocultarlo?— Preguntó la señora Waybrigth, cruzando sus brazos y levantando una ceja.

Las dos se vieron, tratando de encontrar alguna respuesta qué obviamente ninguna de las dos tenia.

—M-Mamá... ¿Papás? Y-Yo puedo explicarlo.— Sasha agarró inconscientemente la mano de Marcy, quien se sonrojo ante el acto.

—¿Explicarnos qué? ¿Qué fuiste una irresponsable?

—Oh vamos, no sean tan duros con ella. Ustedes igual fueron jóvenes.— Su padrastro hablo, haciendo enfurecer al rubio.

—No todos eramos unos rompe corazones Grime, yo si llegue virgen a mi matrimonio.

—¿Tú si?— Preguntó la señora Waybrigth.

—Ejem...— Marcy tosio un poco, no quería saber nada de eso.

—¡Cómo sea! Ustedes dos fueron muy irresponsables, tanta tecnología y no pudieron googlear para saber como poner un puto condon.

Y ahí fue cuando entendieron, vaya, los rumores si qué corren muy rápido.

—E-Espera, papá hay un mal entendido.— Sasha soltó una pequeña risa nerviosa.— Marcy no esta embarazada.

Los 4 mayores se quedaron en silencio.

—D-De verdad señores, su hija y yo no hemos tenido relaciones aun...— Murmuró con vergüenza la menor.

—Entonces... ¿Por qué apresuraron el casarse? Sasha esas cosas se piensan con tiempo a no ser que haya un accidente de por medio.— Regaño su madre.

—Pero ustedes igual se casaron a los 3 meses de conocerse.... un minuto....

—Ese no es el punto Sash, el punto es que no nos dijiste nada ¡ni siquiera nos presentaste a Marsha!— Grito Grime.

—Si Sasha, nosotros no te dimos esa educación.— Regaño Beatrix.

—Y-Yo...— Y ahí fue cuando se le prendió el foco a Sasha y rápidamente abrazo a Marcy.— Lamento no haberles dicho, pero se como son, se que ustedes quieren que me case con alguien de sociedad alta y que tenga la vida resuelta pero yo amo a Marcy.

Marcy sintió desfallecer con esas palabras.

—Aun que ¿Quien soy yo para no seguir sus ordenes? Su única hija, la heredera de todo esto, si Ustedes quieren yo-

—Aceptamos este matrimonio.— Habló su madre, interrumpiendo las palabras de Sasha diganas de un Oscar.

—¿Perdón?

—Hija, hace 3 horas qué nos enteramos, pero hablándolo y meditandolo nos dimos cuenta que siempre te exigimos mucho, te hemos presionado para ser alguien perfecto en este mundo. Si te quieres casar con una pueblerina no haremos nada para interferir.

—¿Pueblerina?

—E-Esperen... ¿Los cuatro están de acuerdo?— los adultos asintieron.— ¿Mamá?— La señora asintió.— ¿Tía?— Nuevante asintió.— ¿Papá?— El mayor asintió.— ¿Jonathan?

—Oye.— Sé quejo el rubio.

—Sasha, hija, si eres feliz entonces no nos interpondremos. Y a ti Marcy, bienvenida a la familia.— La señora Waybrigth estiró una llave a la pareja quien las vio confundía.— Es su regalo de bodas.

—S-Señora Waybrigth.

—Oh no, Marcy, ahora era una hija más, dime mamá.— Sonrió, la primera vez que Sasha vio sonreír a su madre.

—G-Gracias... ¿M-Mamá?... pero ¿qué es?— Preguntó, agarrando la llave de las pálidas manos.

—No es mucho, un regalo rápido.— Dijo el rubio, acomodando sus lentes.— Ahora vayamos.

—¿A donde?— Preguntó Sasha, levantándose de su asiento al ver como todos lo hacían.

—A su nueva casa, ese es su regalo de bodas.

Esta vez fue Marcy quien se desmayo.

—¿Segura que no esta embarazada?— Preguntó Grime, señalando a la menor.

—¿Segura que no esta embarazada?— Preguntó Grime, señalando a la menor

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