virgen y pura hasta el matrimonio pt2.

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El camino a casa fue agradable, el silencio era acogedor. Marcy podía escuchar su corazón latir con fuerza y la emoción invadir su cuerpo. Faltaba poco para llegar y Sasha ya sentía la sangre bajar hasta su entrepierna.

Estacionaron el auto y corrieron rumbo a la casa, cerrando cada una de las puertas con llave y seguro. No permitirían distracciones y bueno, si lo habría entonces de aguantarían pues sus ganas eran más grandes.

Subieron las escaleras con rapidez y cuando llegaron a la habitación fue Marcy la primera en romper aquella tención. Había atrapado a la rubia en un abrazo, juntando sus labios y derritiéndose en los fuertes brazos que la sostenían. Un beso tierno, aún si tenían ganas de arrancarse la ropa, siempre había espacio para demostrarse cuánto se amaban.

—Te amo.— susurro Sasha, besando nuevamente los labios de la bajita.

Marcy suspiro, tomando entre sus dedos algunos mechones rubios de la alta. El beso se empezaba a volver más intenso, siendo la lengua de la Wu la intrusa en el beso tan tierno que tenían.

Las manos no se quedaron quietas, la ropa empezaba a ser un estorbo que pronto empezó a desaparecer. Al separar del beso tomaron un momento para contemplar la una a la otra.

Para Marcy, el cuerpo de Sasha era una obra de arte. Era musculoso, bien torneado, de un color pálido pero con partes bronceadas por el sol. Paso sus dedos por los abdominales de la rubia. Dios, su cuerpo estabs marcado. Y para Sasha, el cuerpo de Marcy era hermoso, perfecto, tenía piernas torneadas, su piel canela estaba bien cuidada, sus pechos no eran grandes, pero tampoco pequeños.

Eran de un tamaño perfecto, podían incluso caber en sus manos... Dios, Marcy era perfecta.

—Soy la envidia de toda la universidad.— Susurro Sasha, besando el cuello de la chica.— Soy tan afortunada.

—Yo soy la afortunada.— Respondió Marcy entre suspiros.— Te amo Sashy...

—Te amo Marcy.

Nuevamente se unieron en un beso deseoso, caminando lento hasta la cama y acomodándose en la cama. Marcy estaba debajo de Sasha y está estaba entre las piernas de la bajita. Siguieron con los besos, las caricias y los toques suaves.

Sasha la trataba como una flor, como una muñeca de cristal que con un mal movimiento podía romperse.

—Te necesito.— Susurro Marcy, besando los labios contrarios y cerrando los ojos por el placer.— Sasha..

La rubia tomo la base de su pene, ya estaba listo, duro y erecto. Lo alineó entre los pliegues de Marcy y gimio cuando sintió el lubricante natural de la bajita, ya estaba lista.

Un beso más y Sasha empezaba a empujar el interior de Marcy. A diferencia de Sasha, no era la primera vez de Marcy, alguna vez fue más joven y más tonta, pero eso no significaba que el momento no fuera mágico y placentero.

—¿Te duele?— Pregunto Sasha con preocupación.

—No..— susurro Marcy.— Puedes moverte.

El ritmo empezó lento, Sasha acostumbrándose a la nueva sensación y Marcy al tamaño que estaba dentro de ella. No exageraba, se sentía tan estirada.

Poco a poco empezaron un ritmo más placentero, más rápido e incluso más fuertes. Las manos de Marcy viajaban por los hombros y espalda de la rubia, sus piernas estaban abrazadas a su espalda baja. Las manos de Sasha recorrían los pechos y cintura de la bajita, incluso su boca viajo a uno de los pezones color canela.

Estaban tan metidas en su éxtasis que el orgasmo empezaba a tocar las puertas.

—Sashy... Estoy apunto...— Balbuceo Marcy, aferrándose a la rubia, enterrando sutilmente sus uñas.— Sashy...

—Yo... Yo también...— Balbuceo de vuelta, aumentando la velocidad de sus embestidas.

Besos, caricias, mordidas, gemidos y jadeos eran parte de un acto lleno de amor y placer. Marcy abrazo a Sasha, gimiendo con fuerza cuando el tan esperado orgasmo llegó. Sus caderas temblaron, atrapando por completo el miembro de la rubia lo que hizo que vaciara su placer por completo.

Era un momento mágico, entre palabras de amor y suaves toques llenos de cariño, Sasha y Marcy se prepararon.

Para otra ronda.

Marcy se levantó con un buen humor, se vistió con la pijama que usaba Sasha y se propuso a preparar el desayuno mientras su novia descansaba

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Marcy se levantó con un buen humor, se vistió con la pijama que usaba Sasha y se propuso a preparar el desayuno mientras su novia descansaba.

Había sido una noche buena, estupenda, perfecta. Se habían entregado de una y mil maneras, si siquiera sabe en qué momento decidieron irse a descansar pero, le encantó despertar completamente desnudo junto a Sasha y sentir esos enormes brazos rodearla.

Cuando entro a la cocina pudo ver a su mejor amiga y a su hermana ya con el desayuno listo.

—Buenos días Marcy ¿Panqueques?— Saludo Anne, enseñando el plato de desayuno.

—Ah... ¿En qué momento llegaron?

—Mucho antes que ustedes.— Respondió Anne con una sonrisa cómplice.— ¿Buena noche?

—¡Anne!— gritó Darcy, quién movía su pie rápidamente en señal de incomodidad.

—Tu tranquila, no escuchamos mucho de lo que hicieron anoche.

—Uh...— Marcy solo se encogió de hombros, sonriendo con nerviosismo y pánico.

Ojalá y su hermana no haya escuchado el "Yija" que Sasha gritó anoche.

Ojalá y su hermana no haya escuchado el "Yija" que Sasha gritó anoche

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