Luego de alejarme de los "enamorados", tome algunos libros de mi casillero y me dirigí a mi primera clase del día.Era matemática. Ya iba algo tarde. No podía darme el lujo de tener otra tardanza, si tenía otra significaba que pasaría toda la semana en detención y seamos sinceros, detención no es el mejor lugar para pasar el tiempo.
Así qué llegue al salón. La clase ya había iniciado. Abrí la puerta de la forma más delicada y de la misma forma la cerré. Por suerte el señor Rodríguez estaba de espalda escribiendo algunas números en la pizarra. Camine sigilosamente hasta mi asiento. Todo iba perfecto hasta que tropecé con la mochila de Katheryn.
Podrán imaginar que sucedió después ...
El señor Rodríguez se voltio inmediatamente. Yo estaba en el suelo.
- No cree que es algo tarde, señorita Webster? - Dijo mientras me observaba seriamente.
- Pero sólo han pasado 5 minutos.
- Lo siento, pero reglas son reglas ...
- Lo se, pero no podría perdonarme por esta vez, digo, todos hemos llegado tarde alguna vez - Intentaba evitar ir a detención desesperadamente.
- Mejor tome asiento. La espero en detención. - Dio la vuelta y se dirigió al pizarrón nuevamente.
- Pero ...
- Tome asiento. - Y así concluyó nuestra pequeña charla "amistosa".El resto del día transcurrió como cualquier otro, tuvimos una prueba sorpresa, laboratorio de biología, y un almuerzo asqueroso en la cafetería. Era lo mismo todas las semanas. Era la rutina que teníamos que seguir para poder ser graduados.
El día llego a su fin, excepto para mi, aún debía de cumplir una cosa más: ir a detención.
De alguna forma u otra el señor Rodríguez y yo nos odiábamos, a pesar de que no lo admitíamos, lo sabíamos. Creo que aún no supera el pelotazo que le dí por accidente durante mi segundo año de secundaria. Aunque no lo crean, fui parte del equipo de fútbol femenino.
En fin, desde ese momento supimos que éramos enemigos.
Recorrí el pasillo hasta llegar al salón de detención. Entré y para mi sorpresa el señor Rodríguez no se encontraba, en cambio la señorita Carmelo, mi profesora preferida, era quien estaba cuidando detención.
- Valery, que haces aquí? - Pregunto sorprendida.
- Bueno ... Es donde debo estar - Respondí algo apenada.
- Que hiciste querida? - Parecía intrigada.
- Llegue tarde a la clase del señor Rodríguez - Respondí mientras tomaba asiento.
- Bueno, no lo veas como detención. Ve este lugar como una forma de aprovechar el tiempo. - La señorita Carmelo siempre era tan dulce. Era una mujer que, a pesar de estar soltera y vivir con 5 gatos, veía lo mejor en cada persona.
- Lo haré - Sonreí, pero no aproveche el tiempo para nada. Me quede dormida sin darme cuenta.Pasaron algunos minutos y desperté. Eran las 4:15, aún tenía que quedarme por 15 minutos más. No veía a nadie más en la sala, éramos sólo la señorita Carmelo, quien también roncaba del sueño, y yo, o al menos eso creía hasta que giré mi cabeza hacia el fondo del salón.
Había un chico de cabello negro sentado en la última silla, no lo había visto. Debió de llegar mientras estaba dormida. El chico estaba leyendo un libro y de repente, noto que le estaba mirando. Sonrió, cerró el libro y se acercó a mi.
- Que tal la siesta? - Preguntó.
- Nada mal - Respondí.
- Y que haces aquí?
- Estoy de vacaciones - El chico reía.
- Creo que es muy pronto para vacacionar, no crees? - Dijo con un tono hilarante.
- No lo creo. Es lo que necesito en este momento.
- Te entiendo. Por cierto, soy Wade.
- Un gusto, soy Valery - Respondí con una pequeña sonrisa.
- Bonito nombre. Porque una chica como tu esta en detención? - Pregunto con una expresión algo divertida.
- Llegue tarde a la clase del señor Rodríguez por tercera vez y ya sabes lo que pasa. Y tu? - Era mi turno de preguntar no creen?
- Casi hago explotar el laboratorio de biología ...
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Valery
Novela JuvenilValery es una chica como cualquier otra, pero su vida dará un giro drástico cuando deba decidir entre sus sueños o el chico que ama. Valery, vivirá junto a Wade una montaña rusa llena de sentimientos, mientras tratan de descubrir sí, realmente, está...