Parte 23

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-Logan: No has probado nada del plato

-Blair: No tengo hambre...- comencé a mover la comida del plato de lado a lado

-Logan: A penas has comido esta semana ¿Qué te pasa?

-Blair: Nada, estoy bien

-Logan: Blair...cariño...- se sentó a mi lado y me abrazó.- Cuéntame que te pasa

-Blair: Ya te he dicho que estoy bien...- salí de sus brazos y me aparté de él llevando mi plato a la cocina

Logan también se levantó y cuando me giré para dirigirme al salón de nuevo, lo encontré apontocado en la pared de la cocina y serio

-Logan: No vas a hablar ¿no?

-Blair: ¿Puedes no darle más vueltas al tema? No tengo que contarte todo lo que me pasa

-Logan: Soy tu novio y futuro esposo, tengo que saber que te pasa para saber que hacer por ti

-Blair: No tienes que hacer nada por mi...- dije saliendo de la cocina pero él me cogió fuerte del brazo.- Logan, me haces daño...

-Logan: ¿No confías en mí?.- acercó su mirada a la mia

-Blair: ¿Y tu en mi?.- le pregunté de la misma manera que él

-Logan: Si

-Blair: ¿Y por qué ibas a ir a por mi a Monza cuando estaba con Pierre? ¿Por qué confiabas en mi? No lo creo.- me solté con fuerza de su agarre.- Me voy al muelle y cuando vuelva...no quiero verte aquí

-Logan: Blair espera...

No deje que dijera nada más cuando ya había salido por la puerta. Entiendo su preocupación por mi pero ahora mismo necesito mi espacio, necesito estar sola y pensar. Aunque no se ni en que pensar...lo único que se me ocurre es pensar en mi relación con Logan porque la de Pierre está claro que se ha terminado y más después de ver a Caterina entrar en aquella habitación de hospital y llamarle amor

Me senté al final del muelle dejando que la planta de mis pies tocaran delicadamente el agua salada del mar. Empezaba a hacer frío por la tarde y no me había abrigado lo suficiente como para estar con los pies mojados y con partes de mi piel al descubierto.

Estuve unas horas sentada sin hacer nada, tan solo mirando el horizonte y disfrutando de la brisa de otoño mezclada con la cálida sensación del sol pasar por cada parte de mi ser.

Cuando empezó a atardecer el ambiente se ha ia vuelto más frío por lo que decidí volver a casa antes de pillar un resfriado.

-Carlos: ¿A dónde vas?

-Blair: ¡¡Carlos!!

-Carlos: Toma, que debes estar helada...- me ofreció una sudadera

-Blair: Ya empieza a refrescar. ¿Como sabías que estaba aquí?

-Carlos: Estaba con mi yate fuera y cuando he vuelto al muelle te he visto y he querido acercarme. ¿Que haces aquí?

-Blair: Nada...pensar...no lo sé, no se que hago...- llevé mis manos a mi rostro

-Carlos: No se te ve bien, tienes la cara caída

-Blair: No he podido conciliar el sueño estos días por...

-Carlos: Está bien...está en casa.- me sonrió.- Iba a ir a verle ahora ¿Quieres venir?

-Blair: ¿Puedo ir?

-Carlos: Claro, estuviste con él hasta que despertó ¿Por qué no ibas a poder?

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