México estaba tranquilo, sentado fuera de casa, en la noche, tomando aire. Cerró los ojos, intentando relajarse aún más.
Pero los recuerdos de la noche de aquella fiesta llegaron a su cabeza.
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— ¿Donde esta Guatemala?, ahhh, me perdí. — México estaba molesto, no le gustaba estar entre tanta gente, le incomodaba bastante, y aun más, estar solo ahí. De repente, sintió como alguien tiraba de él, pensó que era Guatemala, así que no dijo nada, pero cuando volteó a ver se llevó la sorpresa de que era Canadá.
No dijo ninguna palabra, el más alto lo miró de pies a cabeza, sonrió y mencionó que le alegraba verlo en esa fiesta. Canadá dejó un beso en su mejilla y se fue.
México miró como el canadiense se iba, miró como llegaba con un chico y besaba sus labios. Le parecía repugnante.
Corrió empujando a todos hasta que encontró el baño. Abrió la llave de agua, inmediatamente tomó agua entre sus manos como pudo y la echó en su cara, talló con papel aquella sona que fue besada, hasta dejarla roja.
Se miró al espejo, no pudo evitar sentirse asqueroso. Se tiró más agua en la cara y la secó. Cerró la llave de agua y salió, comenzando a moverse entre todos los demás, hasta que llegó a un rincón alejado de todos.
Se quedó parado mirando el suelo, no quería ver a nadie. Estaba entrando en pánico, quería irse, quería gritar, quería llorar, quería morir justo en ese momento.
— ¡México!, pensé que te habías ido o algo, de repente te perdí de vista..
México solo dio una excusa, aún sin dejar de ver al suelo, se sentía muy mal, muy asqueroso, no quería que nadie se acercara, que nadie lo tocara.
Sus manos empezaban a temblar.
Hasta que Guatemala lo abrazó por la espalda, su cuerpo se relajó, su mente quedó en blanco, su respiración se detuvo por un segundo.
Guatemala le pidió irse a caminar, volteó a verlo, sin ninguna expresión, ¿por qué su mente y cuerpo dejaba al menor tocarlo? ¿Por qué se calmó con su toque?. Muchas preguntas pasaban por su cabeza, sin más, aceptó y se fueron.
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Abrió sus ojos observando que frente a él estaba Guatemala mirándolo. Su mano fue hasta el cabello de este, acariciando un mechón con sus dedos.
— Eres suave. — dejó su cabello y se levantó, ayudando al chico a hacer lo mismo. Miró el rostro de Guatemala, ¿por qué Guatemala quería estar con él?, sabía que no sentía atracción romántica por el, ni nada, ¿por qué quería estar con él a pesar de ello?.
Tan raro, pensó México.
Guatemala sonrió al verlo, y tomó el borde de su camiseta caminando a la casa junto a él.
Miau miau, como me gusta esta parejita, ayuda. Buenooo, nada, piquense el culo uwu ♡.