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"Si es posible que una persona sea lastimada por otra, entonces es posible que esa persona también pueda ser sanada por otra."
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El tiempo había pasado, y como era de esperarse, Diciembre había llegado.
Era increíble pensar el gran avance que habían logrado Sabito y T/N en dos simple meses, su amistad habia progresado notoriamente. En un principio se tenian confianza, claro que si, sin embargo, no se comparaba o igualaba a que tenian en la actualidad. Pasaban todo el día juntos, tanto así, que gran parte de los estudiantes y profesores de toda la universidad rezaban diariamente para que ambos se atrevieran a dar el siguiente paso.
Era muy obvio que sentían algo el uno por el otro, todos lo notaban, menos ellos. Lo típico en dos tontos chicos enamorados.
En estos meses juntos ambos habían ansiado incontables veces con que el día tan importante para sus carreras llegara y tras una larga y tortuosa espera, al fin, el momento había llegado.
Miles de voces y risas podían oírse por toda la facultad, el lugar desprendía un aura de felicidad pura. Tras arduos meses de preparación para el examen final por fin habían entregado los anhelados resultados.
-¡¿Qué dice tu resultado?! -grito estético Sabito, sosteniendo entre sus manos un sobre blanco un poco arrugado debido a los nervios incontrolables que tenía en ese preciso momento.
-¡Aún no lo he abierto! -respondió del mismo modo T/N.- ¡¿Qué hay de tí?!
-¡Tampoco lo he abierto!
-¡¿Y que estas esperando para hacerlo, idiota?! -le reclamó T/N, frunciendo la nariz en señal de molestia.
-¡Te estoy esperando a ti, imbécil! -se defendió instantáneamente Sabito, alzando ambas manos y agitandolas incontrolables veces en señal de obviedad.
Ambos se callaron al mismo tiempo, tomándose el tiempo de asimilar el comportamiento tan infantil que habían tenido. Intercambiaron miradas antes de explotar en carcajadas y retomar la compostura.
