❝Ella es devastadora, si supiera lo loco que me vuelve con una mirada, jamás dudaría de mi amor❞
Ayla una madre soltera y joven, consigue entrar como secretaria en una empresa prestigiosa de cosméticos, ama su trabajo, todo parece ir bien. Se lleva...
❝ El primer paso para amar a alguien es reconocer esa misma maldad dentro de nosotros, de modo que podamos perdonar.❞
Veronica Roth
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Estoy intentando enfocarme más en mi hija eso explica porque estamos bailando en este momento:
Muevo a Tití para que siga bailando, levanto sus manitas mientras una canción infantil suena, Tiana ríe con fuerza mientras muevo sus brazos hacia arriba y luego para abajo, tal como lo dice la canción.
Estoy usando la cangurera para que ella pueda bailar bien, incluso mueve sus pies. Cuando llegamos a la parte del coro Tiana ríe y yo no puedo evitar sonreír, porque amo ver a mi bebé feliz, cuando por fin la canción termina me siento en el sillón y miro las flores que están en un florero sobre la mesita que hay, mi bebé intenta tomar una, pero niego y empiezo a quitarle la cangurera para sentarla en su sillita y darle de comer.
Llevo a Tití a su silla y le coloco su babero de silicón, beso su frente y le extiende su plato con un puré de verdura y trocitos de carne. Sonríe mientras toma la carne y la empieza a comer, el timbre suena y ya sé quién es.
Donovan, maldita sea. Ese hombre ya me va a volver loca, nunca he sido orgullosa. Bueno si, pero poco, cuando vino la primera vez solo quería abrir y arrojarme a sus brazos, pero no era lo correcto. Lo voy a perdonar, pero no todavía.
Está mañana como todos los días en que Donovan ha venido a mi departamento, recibí un ramo de flores hermoso con una tarjeta en la que decía:
Regresa a casa.
Atte. Donovan.
Solo esas palabras hacen que me entren ganas de llorar y perdonarlo.
Lo observo por la mirilla, Donovan se aleja un poco y sacude una bolsa.
—Traje mi comida —avisa—, sé que estás comiendo, así provecho, nena.
Se sienta en los escalones y lo veo sacar su comida, aprieto mis labios y suelto un suspiro.
Me voy a arrepentir por esto.
Tomo la perilla de la puerta, hago el intento de abrir esta pero no lo hago, solo me quedo mirando por la mirilla, hasta que volteo a dónde está Tiana sentada y me observa con curiosidad.
—Todo está bien, bebé —susurro.
Tomo asiento y empiezo a comer mis primeros bocados, la verdad es que no he estado comiendo bien desde hace unos días, pero debo de hacerlo porque todavía amamanto a Tiana, mi niña mira con curiosidad la puerta y grita. Muerdo mi labio inferior mientras mi pequeña sigue agitando su mano y grita más fuerte. Le intento dar de comer, pero ella se niega.
