Francois se encontraba cargando una caja, caminando por el pasillo de un cuarto piso con la cabeza gacha. Aquella mujer de rizos color rubio fresa se puso a pensar en todo lo que pasó ese día, cometió un error, uno que pudo haber evitado, le acaba de arruinar la vida al segundo heredero de la familia Nanami.
Ella siguió caminando hasta que dio con una puerta, la abrió e ingresó en ella aún con la caja entre sus manos. Era un departamento mediano, donde tendría que vivir de ahora en adelante luego de ser despedida por el patriarca de la mansión Nanami. Quizás se lo merecía, pero no podía evitar sentirse culpable por todo.
1 año atrás
Como todas las mañanas, ella le llevaba el desayuno a su joven amo, el que se apodó a sí mismo como el hombre que lo desea todo, a pesar de tener solo 20 años.
Tocó la puerta de su habitación y esta fue abierta por un joven, cuya cabellera rubia se encontraba mojada y solo traía una toalla alrededor de su cintura, al parecer recién salió de bañarse. Apenas la vio, su sonrisa se ensanchó, haciéndose a un lado para dejarla pasar.
─Aquí le traigo su desayuno Ryusui-Sama, espero que lo disfrute ─dijo dejando la charola en la mesa de la habitación, ignorando completamente al joven que no le despegaba la vista de encima ─con su permiso ─dijo antes de retirase.
─Creo que lo disfrutaría mejor si estás tú para hacerme compañía. ─El rubio caminó hacia ella, inclinando un poco la cabeza para acercarse al rostro de la mayordoma─. Podríamos aprovechar y comer juntos ─dijo con su típica voz seductora.
─Tengo un horario establecido ─le habló firmemente siguiendo su camino ─si no le importa, continuaré con mis otras labores. A propósito, para la próxima vez use más ropa ─mencionó eso último mirándolo fijamente antes de salir y cerrar la puerta.
Ryusui solo sonrió complacidamente, esa mujer era la única que no caía ante sus encantos. Aún recordaba la primera vez que su padre se la presentó hace unos años, demostrando lo eficiente que era en su trabajo, y cuando habló con ella, solo se dirigía a él con un tono servicial y nada más. Por esa y otras razones le llamó la atención y se convirtió en su nuevo deseo a perseguir.
Por otro lado, Francois soltó un suspiro mientras se encaminaba a la cocina, desde el primer día que llegó el joven Nanami no paraba de coquetearle todos los días, ni siquiera cuando lo ignoraba sutilmente. No iba a negar lo obvio, su amo se había fijado en ella, y aunque al principio no le llamó la atención, con el tiempo también encontró sentimientos hacia él. Pero sabía perfectamente su posición, él es un Nanami, y ella solo su mayordoma.
Se la pasaron de esa manera durante varias semanas más, él poniendo excusas o buscando cualquier pretexto para llamarla y pasar y aunque sea unos minutos con ella, mientras que la aludida hacia todo lo posible por ocultar sus sentimientos y que él no se enterara. Pero todo cambió un domingo por la noche.
Los padres del joven Nanami se habían ido a un viaje de negocios por ese fin de semana, mientras que su hermano Sai, se encontraba estudiando en el extranjero.
Ryusui le parecía divertido este jueguito que tenía con Francois, pero quizás llegó el momento de ser un poco más serio en este asunto, no podían estar así para siempre.
Luego de meditarlo un poco en su habitación, Francois tocó a su puerta para avisarle que la cena estaba servida en el comedor principal.
Ya en la mesa, se puso a comer con ojos brillantes el plato servido por su mayordoma, y es que la comida de Francois era inigualable, ni siquiera los mejores restaurantes que había visitado se comparaban con las delicias que ella preparaba.
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One-Shots Ryusui x Francois
FanficDistintas historias del hombre más ambicioso y la mayordoma más eficiente, donde encontrarán de todo, desde comedia hasta tragedia