Día 1: Royal AU

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Eren Jaeger es un plebeyo solitario y amante de los paseos nocturnos.

La princesa Mikasa padece de selenofobia, un temor irracional por la luna que ha tratado por años de controlar.

¿Qué sucederá el día en que ambos coincidan en una noche de luna llena?

...

Hizuru es un joven y pequeño reino situado en las costas meridionales del antiguo continente de Evender. Su gente ha vivido, por al menos, tres generaciones en plena paz y esperaban que esta se prolongase mucho más.

Era un día soleado y sin nubes en el cielo, todo parecía ir bien; no obstante, la princesa Mikasa se mantenía inquieta caminando de un lado al otro, esperaba poder hablar con su tía Kiyomi, quien se había encargado de su crianza junto a su hermano gemelo Levi después de que sus padres sufrieran una muerte horrible a manos de unos piratas en alta mar cuando regresaban a Hizuru luego de una visita diplomática a un vecino país. De eso hace ya 10 años, ahora ambos cumplirían 18 años ese mismo día y al haber nacido su hermano primero que ella, era quién asumiría el mando del reino y el anuncio oficial se llevaría a cabo por la noche en un baile al que asistirían numerosos personajes del reino, así como de otros países. Sin embargo, Mikasa no se sentía para nada feliz ni tranquila con ello.

­­—Su alteza, Mikasa—le dijo una de las criadas saliendo de la habitación de su tía—. La duquesa Kiyomi la está esperando.

—Gracias.

Mikasa entró entonces a ver a su tía, debía resolver cuanto antes la cuestión que la había estado atormentado desde hace un tiempo.

—Tía.—Inclinó la cabeza a modo de saludo, la observó sentada en una mesa revisando algunas cartas.

—Buen día, querida.—Le devolvió el saludo sin quitar la vista de las cartas—. No creerás todas las propuestas matrimoniales que me han llegado estos últimos días.

Mikasa sonrió ladina.

—¿Para mi hermano?—indagó—. No puedo imaginar la desilusión que se llevaran esas mujeres al ver el carácter tan huraño que tiene.

Kiyomi levantó la vista un segundo y sonrió.

—No te lo voy a negar, pero esta vez no se trata de él.—Ordenó las cartas y las dejó apiladas sobre la mesa—. Son para ti.

Fue entonces que Mikasa dejó de sonreír y sintió un tirón en el estómago.

—Pero, en fin, dime sobre lo que tanto querías hablar conmigo.—Kiyomi le señaló una silla vacía y le indicó que se sentara. Mikasa tragó saliva antes de hablar.

—Antes no pude decírtelo por lo ocupada que has estado con los preparativos, pero ya no puedo seguir ocultándolo.

—Sin rodeos, por favor —le solicitó, a la vez que entrelazaba los dedos sobre la mesa.

Mikasa suspiró, había pasado días tratando de ordenar sus palabras y estudiándolas con cuidado, pero en ese momento parecía que todas se habían esfumado de su cabeza,

—Tía yo...—continuó—no quisiera decepcionarte, pero me gustaría limitar un poco mi participación en el baile de hoy. — Al ver que Kiyomi fruncía el ceño y estaba por rebatir sus palabras, fue que continuó rápidamente —. Solamente cuando tengamos que ir al jardín al momento de los fuegos artificiales, preferiría evitar salir a la intemperie.

—¿Aún seguirás con ese capricho tuyo?—suspiró un poco irritada—. Es una ocasión importante, Mikasa, tu hermano será anunciado como el futuro gobernante de Hizuru y tú, como su hermana, debes estar con él.

Semana EreMika en españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora