Día 7: Libre

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La firma de abogados Kyojin Law era reconocida por tener a los mejores abogados en la ciudad de Shiganshina. Entre ellos Eren Jaeger, un joven de 27 años con un prometedor futuro, quien, además, ha trabajado para la firma desde hace aproximadamente cuatro años y llevado varios casos administrativos con éxito, hasta que ella llegó.

Mikasa Ackerman, una joven abogada de 25 años, trabajaba ahora en la misma firma que él, ahora ya no era el único abogado administrativo dentro de la misma y, aunque en un principio no le importó, ver que ella había escalado rápidamente lo puso un poco nervioso.

Ambos, desde que se conocieron, solo se saludaban cordialmente, pero su convivencia era nula, hasta que llegó el momento en que el Eren había recibido la noticia sobre un caso importante que quería tomar desde hace mucho. Sin embargo, cuando llegó a la oficina de su jefe notó que Mikasa también estaba allí.

—Este caso es uno de los más importantes para la firma y confío plenamente en ustedes para llevar el mismo.—Les había comentado a los dos.

Media hora después, Eren se encontraba en su oficina, sentado en su escritorio con el mentón apoyado sobre el dorso de la mano.

—De tanto enojo se te va a salir un ojo, no si escupes primero tu hígado—se burló Armin, su amigo y colega.

—Para ti es fácil decirlo, eres abogado penalista y los casos están a la orden del día—bufó mientras se recostaba con frustración en su silla—, durante meses estuve a la espera de que me asignasen este caso, quería demostrar una vez más todo mi potencial, en cambio ahora deberé compartirlo con Mikasa.

—Ella ha demostrado ser bastante competente, ganó sus últimos casos.

Eren asintió con la cabeza.

—No dudo de sus capacidades, es solo que siempre he preferido trabajar solo; además, desde que llegó casi no nos hemos hablado.—Se frotó ambas sienes con la yema de los dedos—. No sé cómo llevaremos este caso adelante.

Armin repasó las palabras de Eren.

—Empiecen por romper el hielo, no es como que tengan que ser los mejores amigos, con que se entiendan a nivel laboral o un poco más será más que suficiente.

Eren suspiró, se le había cruzado la misma idea, pero no sabía cómo ejecutarla.

—Mira, ya no quiero hablar más de esto por ahora, prefiero dejarlo para el lunes, en menos de una hora saldremos de aquí.

— Acabas de leerme la mente—sonrió Armin—, podemos ir al bar de aquí en frente como de costumbre o...

Eren miró a su amigo, esperando a que continuase, pero al ver que solo se mantenía sonriendo ante cualquier cosa que estuviese pensando, reclamó con exasperación:

—¡Ya habla de una vez!

—Bueno, pero no te enojes—lo calmó—, estaba pensando que podemos desviarnos un poco de nuestros planes originales de los viernes al salir de la oficina e ir directo...—Se acercó un poco y bajó la voz, pero sin dejar el tono divertido—... al Pasadizo rojo.

Eren parpadeó, de repente rememoró todos los recuerdos de aquel lugar, hacía varios meses que no iba por allí, todo por la carga laboral que había tenido últimamente.

Aquel lugar era un club exclusivo para las personas que deseaban conocer a alguien y tener una charla amena (poco probable) o conseguir sexo casual (más probable) y todo sin ningún compromiso. Era por ello por lo que era solo para miembros del club, ambos lo eran desde hace unos tres años, aunque no eran tan frecuentes sus visitas.

Recordó su última visita, en la que estuvo con una joven bajita de cabellos negros y cuerpo voluptuoso, había sido divertido, sí. Incluso no era obligatorio conocer los nombres, Hasta valía un seudónimo.

Semana EreMika en españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora