Capítulo dos: Actúa demencia, Kotoha

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-Hasta pronto!, gracias!- decía mientras los clientes se retiraban. Kie se tuvo que ir, pues quería hacerme una sorpresa. Yo tuve que cerrar el local y la señora Tamayo vino hacia a mi.

-Buena tarde, señorita Kotoha- sonrió. Yushiro, llega hacia a ella. con un sonrojo lijero. -Toma, es el cheque por tu gran trabajo, te lo mereces-

-Gracias, señora Tamayo- sonreí y tomé el cheque. Ganaba mensualmente, 1,374,950.00 yenes (diez mil dólares) al mes, lo cual me alcanzaba con los gastos de mi hijo, el alimento y pagar todo lo de la casa.

bostezando, camino hacia mi auto, está a unas cuadras, estacionada cerca de la empresa grande. Ahora que lo recuerdo, Kie me dijo que Douma trabaja ahí. sonrío por la nota que me entregó.

Dragones dan vueltas en mi estomago. ¡demonios! esto no debería estar sintiendo cosas por alguien. Solo di unas cuantas palabras con el, me dio una nota y ya siento algo. ¿Amor? diablos ni si quiera estaba pensando en eso ahora. Suspiro, espero no encontrarmelo.

Pero para mi gran suerte, me lo encuentro. Él se estaba riendo con un hombre de cabello rosado, mientras que él solo lo miraba agotado. ellos parecen que van hacia mi dirección.

<<Actúa demencia, Kotoha>>

no me abría la maldita puerta del auto.

¡Gracias, Dios! 

-Necesitas ayuda?-

Me quedé paralizada al escucharlo. Era él, era Douma. me voltee para enfrentármelo. su sonrisa me hacía derretir, me hacían temblar las piernas.

Maldecí por mis adentros cuando lo ví. Estaba bien guapo, en serio.

-¡Oh! –Parecía asombrado– ¡Usted es la señorita de la cafetería!

-S-si...- respondí apenada y avergonzada. Estábamos interactuando, hasta yo no me lo podía creer. – ¿Me puede ayudar? Necesito ir a la casa de mi amiga urgente-

-Oh, claro, con gusto- sonrió.

Después de cinco minutos, Douma Sato, había abierto la puerta del auto.

-¡Muchas gracias!- Le sonreí mientras me hacía a un lado para que él salga y yo entrara; sin embargo, él no se movía.

-¿Puedo revisar si su auto está estable?- me miró directamente a los ojos y yo no sabía que decirle. –Claro, para revisar si puede manejar o no- habló rápidamente para no sentirme incómoda. Lo cual acepté con la cabeza, sonreí para que pueda revisar. Intenté no mirarle el trasero, pues lo tenía bien, perfecto para poder...

<<Malditas hormonas sexuales, como los odio>>

Moviendo la cabeza de un lado a otro, me concentré pensando a qué hora estaré en la casa de Kie.

-Uhm... Su auto no prende- El chico guapo me sacó de mis pensamientos profundos.

-¿Disculpa? -Sonreí– ¿Puede repetirme? Estaba pensando en algo

-Su auto no prende-

-¡¿Qué?!

-Lo que escuchó señorita, su auto no prende- contestó Douma –La puedo llevar en mi auto- sonrió

-¿Y mi auto?- pregunté desconcertada

-Lo dejaré con mis asistentes, no se preocupe, ellos tienen la especialidad de mecánica –

No sabía si confiar en él o qué, pero no tenía más remedio de subir a su auto. Y para empeorar las cosas, un rayo aparece y eso me asusta, saltando y poniendo mis manos en el pecho de Douma.

La leyes físicas del amor (Douma x  Kotoha) ¡Temporalmente Cancelada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora