Lee MinHo y Han JiSung son mejores amigos que están perdidamente enamorados del otro, sin embargo, tienen un miedo terrible a confesar sus sentimientos por miedo a arruinar su hermosa amistad. Para desgracia de ambos, justo cuando iban a dar el prim...
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—¿Se divirtieron en casa de Felix?—inquiere MinHo, llevándose una papa frita a la boca, apartando la vista del juego que estaba en la televisión para centrar su atención en su mejor amigo.
Luego de que Sung se disculpara con MinHo sobre la distancia que tomó por haber escuchado a la persona incorrecta y también por sus decisiones precipitadas, llegaron los padres del castaño quienes se pusieron muy contentos de verlo después de mucho tiempo, descubrió que eran unas increíbles personas que le tenían mucho afecto por el modo en el cual lo trataban y lo invitaron a qué se quedara el resto del día para festejar el cumpleaños de JiHyo, la madre de su mejor amigo. A pesar de que se negó porque no quería ser imprudente, no demoró en aceptar cuando escuchó las súplicas de la mujer y lo terminó convenciendo, lo cual alegró mucho a la familia.
—Sí, fue muy divertido—responde, escuchando como JuYeon le reclama a HyunJae que hizo trampa para hacer un gol—. Nos quedamos dormidos muy tarde, pero valió la pena.
El mayor de los dos no pudo evitar sonreír por la imagen frente a él ya que pensó que en mucho tiempo más tendría a JiSung en su casa, específicamente en su habitación como muchas veces lo estuvieron en el pasado. Desde que se hicieron amigos era muy habitual que se la pasaran en la casa del otro, a veces se juntaban a estudiar, a charlar, ver películas o simplemente a disfrutar de la cálida compañía del otro.
Un extraño dolor se apoderó de su corazón al recordar que la última vez que el rubio estuvo en su casa fue una semana antes del accidente que desgració la vida de muchas personas. Sung había ido a verlo porque obtuvo una buena calificación en química gracias a las tutorías de su hyung y le regaló un montón de galletas y muffins que comieron los dos, refugiados en su habitación mientras veían Frozen II por petición del menor. Vaya karaoke que tenían en el lugar cuando Elsa comenzó a cantar "Into The Unknow".
Recuerda que al verlo tan feliz y sonriente aquel día, pensó en arruinar su sorpresa, mandar todo al demonio y declararse ahí mismo, no obstante, se obligó a esperar porque quería hacer algo que el rubio recordara puesto que sabe que el omega ama las cosas románticas y clichés.
—¿Todo bien, hyung?—inquiere Sung al percatarse del silencio repentino que atacó a su mayor, parecía ensimismado y la melancolía resplandecía en su rostro, apagando un poco sus ojos.
Lee parpadeó con confusión.
—Sí, lo siento, estoy bien. Es solo que te extrañé—confiesa, logrando acelerar el corazón de Han.
—Yo también lo extrañé, hyung—apoyó su cabeza en el hombro de su mejor amigo y suspiró, viendo que sus manos se rozaban con suavidad. Un destello de valentía llegó a su mente y antes de que se arrepintiera, entrelazó sus manos, notando que estas encajaban a la perfección, como si hubiesen nacido para estar juntas.
Ambos atesoraron esa íntima cercanía y MinHo recostó su cabeza contra la de JiSung, centrando su atención en la pantalla frente a ellos, todavía pudiendo escuchar a los primos y al hermano del alfa castaño discutir por el juego que Han ni siquiera sabía cómo se llamaba o de qué se trataba, pero los tenía discutiendo desde hace varios minutos.
