《 Bomb 》

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—Un minuto— dijo aquel hombre que inserto la bomba.

Horacio camino hacia la puerta, vio a Volkov quien movía la pierna con cierto nerviosismo.
Un minuto y posiblemente su vida acabaría.
Un solo minuto tenía para decirle, nuevamente, lo que sentía a Viktor.

Su celular sonó, no quería despegar su vista del menor, pero debía atenderle. Sabía que era él ya que le señaló su celular.

—Horacio— escucho su risita.

"Te amo Viktor, te amo más de lo que alguna vez ame a alguien"

—Ho...—.

"Cállate, tengo menos de un minuto. Amo tu cabeza pequeña, tu lenta forma de hablar, aunque me estresa"

Volkov rio un poco.

"Amo tu sonrisa. Amaba cuando me arropabas por la noche, aunque debo admitir que algunas veces me hacía el dormido para que lo hagas"

—30 segundos—.

"Eres el puto amor de mi vida, ojalá hubiera tenido una respuesta antes. Lo que hubiera sido"

—10 segundos— Volkov cerro los ojos, aquel nudo en su garganta apretaba cada vez más.

"Eres lentísimo eh, que la otra vez quería darte un beso en la mejilla, por si no habías entendido"

—¿En... serio?— escucho reír a Horacio.
—6 segundos—.

"Si, rusito. En fin... te amo muchísimo, cabron"

—3...— se miraban y deseaban estar ambos abrazados— 2...— aunque sea un primer y último beso— la bomba ha sido desactivada. Han ganado ustedes—.

Viktor miró sonriente a Horacio, quien colgó la llamada y se alejo de la puerta.
Se sentía un poco avergonzado, no había muerto y seguramente sería rechazado otra vez.

—Bueno, tendré que sufrir otro rechazo— dijo, el sheriff lo miró confundido, pero no dijo nada.

A los pocos minutos salió de aquel lugar cabizbajo, intentaba no buscar al ruso con la mirada, pero alguien lo detuvo.

—Pensé que ibas a morir— sonrió, Viktor sostenía sus brazos— tenía miedo de perderte otra vez— levanto la mirada, viendo los ojos preocupados del ruso.
—Hazlo...— dijo el menor.
—¿Hacer qué?— preguntó confundido Volkov.
—Rechazame, puedo sopor...— el ruso no lo dejo hablar.

Había sido interrumpido por los labios del mayor, aun sorprendido le correspondió el beso.

—Vale...entiendo, debo arriesgar mi vida para que me aprecies— dijo Horacio fingiendo indignación, pero por dentro estaba festejando.
—Lo siento— se alejo un poco aunque el moreno no lo permitió ya que volvió a unir sus labios.

Lo había esperado por tanto tiempo y por fin estaba allí, besándolo ansioso de volver a sentir aquellos labios otra vez.

405 palabras

♥ 𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚𝐬 𝐕𝐨𝐥𝐤𝐚𝐜𝐢𝐨 ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora