IV

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Locura, veinte.

Demasiadas cosas que hacer, ¿No podía tener un descansó de vez en cuando?

Primer y único capitulo en dónde Sanzu es versátil.

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Todo se trata de Sanzu, todos aman a Haruchiyo.

Sexo, drogas y alcohol, eso es lo que consume diariamente.

Haruchiyo Sanzu estaba loco de remate, es un masoquista amante del sexo rudo y sin compasión, un drogadicto con amor al éxtasis y un increíble bebedor.

Muchas cosas pasaron en este tiempo, casi muere en aquel acantilado a los diecisiete, pero era fuerte, antes le habían roto el corazón; lo habían usado y traicionado; ahora, era su turno de jugar. ¿Hombres o mujeres? Podía con ambos, Haruchiyo es un bisexual con amor a que lo dominen, pero también podía dominar exquisitamente.

En sólo tres años se había convertido en una perra, a la que sólo tenían acceso los miembros de la Kanto Manji, y algunas personas cercanas.

Era divertido para el tener un miembro dentro suyo, amaba hacer que sus amantes se vinieran en su interior de manera dura y abundante, le encantaba ser follado, normalmente siempre era quien recibía con cualquiera, pero habían pocos hombres que podían hacerlo cambiar de rol.

Hombres como los hermanos Haitani y Kokonoi Hajime, para el era una verdadera delicia estar en el interior de Rindou, amaba lo caliente y apretado que siempre se encontraba Hajime y las mamadas de Ran eran buenísimas, de las mejores de su vida. Una cosa que amaba de los tres era que la tenían grande, y podían cogerlo increíblemente bien.

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Ra.H

El primero de sus favoritos. Quien deseaba llenar y ser llenado todo el tiempo.

-Quiero hacerlo por ambos lados -desvío la mirada, Sanzu pudo apreciar el tono rosado en sus orejas y lo vio secar el sudor de sus manos contra su pantalón.

Sin importar cuántas veces lo hubiesen hecho, el Haitani mayor nunca dejaría la vergüenza a un lado cuando estaba con Sanzu, amaba tener su atención total, era algo tan; gratificante, le hacía sentir más vivo de lo que se encontraba.

-Como desees -se acercó y acaricio con delicadeza su mejilla izquierda, dejo un ligero beso en sus labios y junto sus frentes dulcemente, a Ran le encantaron los gestos. La brusquedad del Akashi podría salir cada cierto tiempo, con cualquier persona, pero, cuando se trata de Ran, es más suave.

Los besos prontamente llegaron por parte del Haitani, con un ritmo lento que iba siendo incrementado por el Akashi, se besaban como si aquella fuese la última vez que se verían; eran duros y apasionados, pero sin perder aquello que los hacía sentir la necesidad de pegarse al otro como el más fuerte de los pegamentos. Aquello que hacía a Ran enamorarse cada vez con más intensidad.

Cuando fue absolutamente necesario el aire, fue que terminaron por separar sus labios, tomando profundas bocanadas y soltando jadeos.

El Akashi quitó la camisa contraría entre roces, sus pelvis chocando y el calor subiendo por sus cuerpos mientras más juntos se encontraban.

Haruchiyo comenzó a marcar el cuerpo de Ran, pasando de su cuello a sus clavículas y terminando por su pecho, mordiendo con euforia en cada lugar sin querer parar mientras las manos de Ran le empujaban más cerca de sí, hasta quedar pegados completamente.

Cinco yo [Haruchiyo Akashi/Sanzu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora