Entrar en razón

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Había terminado la hora de visitas, ya habían salido del hospital y se dirigían hacía su casa, al menos se iban más tranquilos después de haber hecho que su amiga estuviera más calmada

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Minutos atrás

El ambiente estaba tenso, bastante incómodo; Los chicos solo se miraban entre si, tratando de pensar en que decir, y a la menor se le ocurrió algo

-Serena, ten- Llevaba un pequeño bolso amarillo colgando de su hombro derecho, de esté sacó un boleto y se le entregó a la chica.

-¿Qué es esto?- Confundida, tomó el boleto, y empezó a leerlo de ambos lados.

-Es un boleto en zona VIP para ver la final de la liga Kalos- Dijo la pequeña niña rubia.

-Entonces, eso significa que Ash...-.

-Sí, logró pasar a la final, se enfrentará a Alain- Exclamó emocionada la pequeña.

-¿Alain?- Otra vez estaba confundida.

-Tú aún no lo conoces, pero es el hermano menor del profesor Sycamore, es... bastante fuerte aunque no dudamos de la habilidad en combate de Ash y sus Pokémon- Le explicó el chico de anteojos.

Una enfermera entró a la habitación

-Se terminó la hora de visitas-.

-Tenemos que irnos, adiós Serena, espero te sientas mejor- La pequeña abrazó rápidamente a su amiga antes retirarse de la habitación

-Adiós Serena, cuídate, que te mejores- Se despidió.

El chico estaba apunto de salir del cuarto cuando de repente...

-¡Espera!- Lo llamó la chica.

-¿Si?- Se detuvo y volteó a verla.

Ella se quedó seria un rato, buscando las palabras necesarias y armándose de valor para hablar

-¿Por qué tú?-.

-¿Mande?- No logró entender su pregunta.

-¿Por qué tú y no Ash?- Le preguntó con algo de tristeza en su voz.

El chico solo le sonrió tristemente, sabía a qué se refería, era sobre el boleto

-Llegó al gimnasio hace unos días y nos los entregó, tenía su agenda bastante ocupada e iba tarde a un entrenamiento, nos pidió si podíamos entregártelo porque a él no le quedaba tiempo-.

-Siempre se la pasó ocupado- Dijo entre dientes la chica, no era la primera vez que no tuvo tiempo para ella; el chico la alcanzó a escuchar.

-¿Qué me dices de ti Serena?-.

-¿Eh?¿A qué te refieres?-.

-¿No te la pasabas ocupada tú también? ¿Cuándo fue la última vez que tuviste una buena charla con alguno de tus amigos sin que tuvieras prisas?- Parecía que la estaba regañando.

-¿Es por las veces que llegaba tarde a nuestras citas? Ya me disculpé en su momento por eso, no sé a qué viene ese comentario ahora, ¿Y qué tienen que ver mis demás amistades en esto ahora?- Contestó irritada, "¿Por qué me está regañando?" pensaba.

-Serena, no me refería a lo nuestro, eso ya es tema del pasado, pero, ¿Por qué siempre culpas a Ash por todas las cosas? Tú incluso tienes tu agenda igual o más ocupada- Hizo una pausa, recordando todo -¿Es por ese día verdad?- Suspiró cansado -Serena, estoy seguro de que él quería...-

-¡Pero no estuvo ahí!- Le reclamó, como si de él se tratará la culpa

-¡Tú ya sabías que él no podía ir ese día!- Se detuvo en seco, esto se estaba saliendo de control -Mira, él se preocupa por ti, le importas, y estoy seguro de que quiso acompañarte ese día, y estoy todavía más seguro de que se culpa a si mismo por tener tantas ocupaciones y no poder estar aquí contigo-.

-¿Cómo estás tan seguro?- Le preguntó incrédula.

-Porque soy su amigo, y lo conozco mejor que nadie- Hizo otra pausa para poder tranquilizarse mejor; la chica volteó a verlo.

-No te pido que vayas, no es obligatorio, pero, sabes que esto es algo muy importante para él, estoy seguro que lo que más quisiera es que tú, de entre todos, estuvieras ahí con él, apoyándolo, porque eres alguien especial para él. No te voy a pedir que lo hagas pero solo quisiera que lo pensarás, ¿Puedes hacerlo?-.

-...- La chica se quedó callada pensando -Creo que sí- Le respondió más calmada.

-Gracias- Suspiró aliviado, dió un paso fuera de la habitación y no había nadie, menos mal, si no ya lo habrían regañado por quedarse más tiempo del debido, solo tenía que escabullirse por los pasillos para que no lo notaran, apunto de dar otro paso y...

-Oye Serena-.

-¿Si?-.

Se quedaron un rato viéndose entre sí, ya no eran nada, quedaron solo como amigos, pero aún había algo extraño entre ellos.

-¿Qué era lo que me querías decir? - Separó la mirada algo incomoda.

-Em, nada, solo... Que te mejores - Contestó nervioso y algo sonrojado.

-Oh, em... Gracias Clemont- Puso una sonrisa.

-No es nada, adiós, cuídate- Salió de la habitación y cerró la puerta de esta; Se recargó sobre la puerta, cerró los ojos y suspiró, estaba sonrojado, debía calmarse.

-¿Terminaste?- Le reclamó su hermana menor.

-¡Bonnie!- Saltó del susto -Te he dicho que no asustes a las personas así- La regañó -¿Cuánto tiempo llevas ahí?-.

-¡Mucho tiempo! ¡Tengo hambre!- Gritó cansada.

-Está bien, no grites, vamos a casa- Tomó de la mano a su hermana para poder irse del hospital.

Su amiga había estado actuando más raro y cruel de lo normal, pero al menos al final había logrado que entrará en razón

Podía irse más tranquilo


Desde aquel díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora