Se acabó

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-¡Milotic, usa Danza lluvia y Ventisca!- Decia la chica emocionada mientras patinaba junto con Braixen y Sylveon dando vueltas por la pista

El Pokémon solicitado se colocó en el centro del escenario y usó dicho movimiento, pronto, el cielo oscuro y estrellado fue cubierto por grandes nubes grises de las cuales miles de gotas empezaron a caer, pero justo antes de que tocaran el suelo, el Pokémon dió un gran salto y usó Ventisca para congelar las gotas, estas se convirtieron en pequeños pedazos de hielo y empezaron a caer en picada

-¡Braixen, Sylveon, es su turno!- Ordenó antes de que los pedazos de hielo cayeran a suelo

Sylveon rápidamente usó Viento de hadas haciendo que los pequeños hielos ascendieran, después, Braixen usó Lanzallamas haciendo que los hielos explotarán dejando muchos brillos al hacer esto

El público gritaba de emoción, ella estaba en perfecta sincronía con sus Pokémon, todo era tan brillante, todo era tan lindo, tan perfecto...

Había mil y un pensamientos en la mente de la artista desde que empezó su presentación; Los reflectores, el público, sus amigos, sus Pokémon, su coreografía, su padre...

El escenario se había cubierto totalmente de los brillos causados por los ataques de sus Pokémon; La chica terminó cegada momentáneamente, no podía ver nada, perdió la concentración y de repente...

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Estaba sentada en una cama de hospital, descansando, hace apenas unas cuantas horas había salido del quirófano después de su ¿Tercera operación? Ni siquiera estaba consiente de en qué día estaba viviendo, tenía que reposar un buen tiempo

Miraba fijamente a la ventana, llevaba todo el día nevando, lo más probable es que afuera estuviera haciendo mucho frío, a diferencia de su cuarto de hospital, el cual, tenía la calefacción encendida, pero aún así, sentía frío dentro de si misma

Al cabo de unos minutos escuchó la puerta abrirse y volteó a ver hacia ella; un chico rubio con lentes entró junto a una niña más pequeña similar a él, se veían desanimados; Ambos traían puestos gruesos abrigos de un color verde oscuro

-Hola- Dijo el chico con una voz suave mientras ponía una pequeña y triste sonrisa.

-Hola- No tenía ganas de hablar, aún así, respondió para no verse grosera ante sus amigos pero eso no quitaba el hecho de que había respondido cortante.

-¿Cómo te sientes?- Volvió a hablar el chico, se acercó a ella y se sentó suavemente al borde de su cama de hospital; a pesar del estado de su amiga, él estaba ahí para apoyarla.

-Bien supongo, mi pierna... creo está mejor, aunque tendré que usar varios días el yeso y aún no sé como voy a poder moverme apartir de este momento- Movió un poco la sábana verde del hospital para que los chicos pudieran ver su pierna derecha enyesada.

-Em... yo, no sé que decir- El chico no sabía que hacer para que su amiga se sintiera mejor, ¿Qué se le dice a alguien que acaba de sufrir un accidente hace unos días y en consecuencia, termina su sueño, todo por lo que se esforzó, todo en una sola noche después de haberse enterado de la muerte de un padre? Muy específico, eso está claro, pero eso era exactamente lo que había pasado y ahora no sabía que podía hacer él para apoyar, nunca estuvo en una posición tan difícil, no sabía cómo iba a ayudarle si aún no entendía de todo el problema

-No tienes que decir nada, no estás obligado a hacerlo, no necesito tu lastima, solo me harías sentir peor- Otra vez, volvió a utilizar ese tono seco y cortante, pero está vez, se fue más cruel.

Los chicos solo se le quedaron viendo con una clara tristeza en sus rostros; ella siempre era una chica bastante alegre y ahora... Se le veía cansada, seria, molesta, pero al mismo tiempo totalmente inexpresiva, pálida y sin brillo alguno en sus ojos, como si de un muerto se tratase

No era ella misma, algo había cambiado en estas semanas y era ese brillo y calidez que ella irradiaba con su amable personalidad y tierna sonrisa, pero ahora... Esa aura, había desaparecido

Ella se había ido, se acabó

Desde aquel díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora