Ebrio conductor

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Harriet

Mientras esperábamos nuestra comida por primera vez en el día me meto a Instagram que no paraban de llenarme de notificaciones, suponiendo que son etiquetas a el engaño de ayer decido ignorarlas, y por primera vez en horas recibo la llamaba de mi ¨novio¨

-¿Hola?

- Harriet, cariño

- ¿Qué quieres Marcos?

- Eres mi novia, ¿no puedo hablarte o que?

- No porque ya terminamos

- ¿Que? ¿Por qué?

- ¿Es de verdad Marcos? ¿No recuerdas ni una cosa de lo que has hecho?

- ¿Podemos hablarlo?

- Marcos ya te dije que hemos terminado, adiós

- Harriet! Espera – le cuelgo, miro a mi amiga quien estaba pendiente de la conversación.

- Dios Harriet – mis lágrimas estaban a punto de salirse si no fuera porque estamos rodeados de gente, mi amiga me agarra la mano y me la aprieta mientras me consuela. – Linda ya no llores, vas a ver que llegara alguien mejor que si te valore, él es un idiota de tercer grado así que ya no te me preocupes, tu tranquila que él es el que te perdió, perdió a una maravillosa mujer.

El mesero llega con nuestra comida, empezamos a comer, miro a mi alrededor y recuerdo todo lo que he vivido con Marcos, sé que no debería sufrir por un hombre, pero le quería y fue mi pareja por dos años....

Dos días después

-Harriet vamos que solo quedan 10 minutos antes que empiecen a llegar

- Ya voy! - me termino de aplicar gloss en los labios y salgo de la habitación de Kendall, al bajar ella se estaba mirando por uno de los tantos espejos repartidos por la casa – Te ves bien- Kendall llevaba un vestido color rojo apretado de tirantes y espalda abierta que hacían resaltar sus curvas con unos tacones igualmente rojos, esta noche era su noche de brillar así que todos los demás tendrían que venir de Negro así que yo traigo un vestido stargazer color negro con unos tacones plateados.

-Claro que me veo bien, estoy viendo si no me salió un grano de esos que tanto odio- se voltea a mirarme – Carajo Harriet, debes pasarme la rutina de esa cintura- me rió ante su comentario mientras sigo bajando las escaleras. Tengo que admitir que mi físico no está para nada mal, creo que en medidas soy completamente aceptable para mi así que no me quejo, más aparte es genética.

- ¡Es hora de la fiesta primor! – ella abre la puerta y empiezan a llegar todos.

Al paso de un tiempo la casa de Kendall estaba llena de gente tanto conocidos como desconocidos pues llevaban amigos y amigos, claramente después de un rato había tanta gente que te asfixiabas y tenías que salir a tomar el aire, la casa estaba llena de personas alcoholizadas podías sentir el olor desde distancias así que esto se estaba volviendo una fiesta que terminaría en una mierda. Yo el algún momento perdí a Kendall entre tantas personas

-Kendall! – trataba de gritar su nombre por si me escuchaba, de repente siento como unas manos me rodean la cintura y me acercan a el - ¿Qué te pasa idiota? – miro a la persona que me tomaba y era un hombre bastante ebrio que con solo abrir la boca me causo nauseas – SUÉLTAME – trato de sacar sus manos de mi cintura, pero no pude.

- Tranquila solo qu-

- Tienes 3 para sacar tus asquerosas manos de mi

- Tienes carácter

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