Comienzo

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Harriet Adams

-Tiene que ser una maldita broma, ¿cierto? – Kendall me voltea a ver preocupada.

- Ay linda, es un imbécil Marcos- le doy clic al mensaje que me habían mandado de la fiesta de fraternidad de mi novio que contenía una foto de él besándose con una de su grupo.

- Que idiota- digo mientras Kendall me seguía por las escaleras hasta llegar a la sala.

-¿Qué piensas hacer?

-Obviamente terminar con esto

-Linda será mejor que mañana lo termines, ahora estas muy alterada con esto- escuchamos como la puerta principal se abre y unas voces peleando se acercaban a nosotras.

-James ya te dije que es lo mejor.

-No pienso perder mi tiempo- mi padre contesto furioso a su asistente. Al llegar a la sala se percataron que estábamos ahí.

-Cielo

-Hola papá, ¿Todo bien?

-Todo bien cielo, son asuntos del trabajo. - Mi padre es dueño de la empresa que patrocina a diferente ¿escuderías? Creo que así se llaman, de la Fórmula1 la verdad nunca he entendido muy bien que pasa ahí pero solo sé que gana demasiado dinero y por eso puedo comprar lo que quiera, aunque yo prefiero ayudar a personas que lo necesiten, se que suena absurdo porque algunas personas con dinero prefieren gastárselo en estupideces, pero yo amo escaparme los fines de semana para visitar varias casas hogares, asilos, y también ayudar a los animalitos. Con todo el dinero que consigo por parte de mi padre lo dono en lo que el se lo gasta en miles de autos corriendo a alta velocidad hasta sufrir algún tipo de accidente.

-Ya... bueno nosotras los dejamos- jalo a Kendall de la manga de su suéter y subimos de nuevo a mi habitación.

- ¿Qué te parece hacer una visita al centro comercial mañana? – miro a mi amiga

- Sabes que odio eso

- Vamos Har, hace tiempo que no salimos de compras juntas, siempre me mandas sola, aparte así podrás comprar algo para este sábado- volteo a ver a mi amiga confundida

- ¿Qué hay el sábado?

- ¡Harriet Blair Adams Collins! Dime que no lo olvidaste. – miro a mi amiga la cual tenía una cara de enojada, no aguanto más y suelto una carcajada.

- ¿Cómo no me voy a acordar de tu fiesta de cumpleaños? - Kendall me avienta una almohada de mi cama en la cual ella estaba sentada.

- Que mensa que eres, casi me da algo y juraba que ya no te hablaría – me rio más fuerte lo cual hizo que le contagiara la risa a ella.

- Vale, mañana iremos, ahora es hora de dormir – destiendo la cama y me hundo en ella.

AL DIA SIGUIENTE

Me levanto por el sonido de la alarma proveniente del móvil de mi amiga que no se porque las pone y nunca se levanta, la miro y ella esta tan dormida que babea en la almohada rio un poco mientras me dirijo al baño para darme una ducha calientita. Estaba concentrada en el agua hasta que recuerdo lo que paso ayer, Marcos besándose con Miriam...

-Dios que idiota fui - ¿Cómo pudo hacerme esto? Dos años de relación parece que no fueron suficientes. Mi amor con el comenzó por una amistad, antes de enamorarnos teníamos una amistad que poco a poco fueron surgiendo sentimientos. Me sentía traicionada, no era mi primer amor pero creo que fue uno de los mejores, el me acompaño a lograr muchas cosas, él era simplemente perfecto...es guapo, alto, listo y sus hermoso ojos color miel me cautelaban, aunque el fuera perfecto me había traicionado. Doy un suspiro antes de salir de la ducha y secarme, salgo del baño y veo a Kendall sentada en la cama con los pelos revueltos y unas cuantas gotas de baba de lo dormida que estaba

-Buenos días-

- Solo días porque no hay nada de bueno- ella se intenta sacar el cabello que había entrado en su boca.

- Claro que si – respondo mientras me dirijo a mi armario para escoger un conjunto lindo para hoy. –Es nuestro día de compras – al escuchar eso Kendall sale disparada de la cama

- Es cierto! Dios mío tengo que empezar a arreglarme. – Y así despierto a Kendall, siempre dispuesta a salir, me rio un poco en lo que ella buscaba su otra sandalia antes de salir disparada al baño y escuchar la regadera abrirse con a Harry Styles por los parlantes mientras ella cantaba, no mejor dicho gritaba aquella cancioncita pegajosa haciéndome bailarla mientras me arreglaba.

-Estoy lista! - Kendall sale del baño ya cambiada con un vestido color blanco con unas flores moradas pintadas en este, que resaltaba su lindo y sedoso cabello color rojo hecho en una coleta, yo había optado por una falda color negro con un top blanco y una chaqueta de cuero negra dejando mi suave melena rubia suelta. Salimos de mi habitación hasta el comedor donde estaba mi familia.

- Buenos días – nos dice Mary quien era la ayudante de la casa – El desayuno está servido-

- Gracias Mary

- Gracias Mary – nos sentamos a la mesa del comedor, mi madre estaba ayudando a Jason <<mi hermano>> con alguna tarea que le habrán pedido, pero como siempre no hizo y mi padre mirando su tableta y hablando con Cameron <<Su asistente>>.

- Buenos días a ustedes también – por primera vez en que llegamos voltean a vernos

- Buenos días chicas – dijo mi madre - ¿Cómo pasaron la noche?

- Bastante bien señora Adams

- Que bueno – y regreso a ayudar a mi hermano.

- Buenos días. ¿A dónde irán? – mi padre nos dice sin separar por completo la vista de su Tablet.

- Vamos de compras. ¿Me prestan un carro? – en otras ocasiones iríamos en el carro de Kendall, pero lo choco la semana pasada y siguen arreglándolo. Mis padres ahora si dejan de hacer lo que hacen para mirarme.

- ¿Va a manejar tú? - me pregunta mi madre

- No, Kendall, yo ni de loca –  la razón por la que no tengo auto propio o una licencia es que nunca he querido aprender a manejar, casi siempre mi iba con Kendall o Marcos así que no lo necesitaba precisamente, mis padres se miran y mi padre vuelve su mirada hacia mi.

- ¿Bien, agarra el Ferrari – mi padre vuelve a mirar la Tablet, mi amiga y yo nos miramos y sonreímos, el nunca presta su sagrado carro – No quiero ningún solo rasguño, ¿oyeron? - ¡Si señor! Es lo que mi amiga y yo contestamos mientras empezábamos a desayunar.

-Bien a cuál entramos primero? - miro a mi amiga quien hablaba con Max por mensaje.

-Primero iremos ahí- ella señala una tienda color rojo y se encamina a ella. Ella entra y empieza a mirar las prendas de ropa, este será un largo día.

Dos mundos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora