Día 8: Cambio de Genero

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Era la tercera practica en conjunto que tendrían con el campamento Griego, después de lo que paso con Gea decidieron empezar a hacerlas. Jay no tendría tantos problemas en ir si tan solo ella no estuviera ahí.

Pero por supuesto ella está, colgada al cuello de su ex, aunque Jay no entiende cómo es posible que se lleven tan bien, detesta ver a Percy colgada del cuello de Ann, hablándole al oído y tan pegada al chico que no se sabe dónde termina uno y empieza el otro.

Muchos dicen que ellos siguen juntos, Jay está de acuerdo, después de todo no es posible que hayan terminado sí parecen chicles, en realidad Percy parece chicle de Ann que se deja tocar el pelo y abrazar sin protestar el excesivo cariño que recibe de parte de su ex novia.

Jay no los entiende, los detesta, como no hacerlos si es imposible dejar de mirar a Percy por más de tres segundos, si se le retuerce el estómago cuando los ve juntos y lo único que quiere es correr y besarla con desesperación para que entienda que está enamorada y que no soporta el no rodearla por esa fina cintura.

Pero no lo hará, en vez de eso camina tranquila hasta el borde del lago para poder respirar algo de aire, maldición, Percy se sentó junto a ella comiendo un muffin azul.

- Jay, que tal – pregunta con ese tono alegre mascando otro gran pedazo.

Es imposible no perderse en esas piernas bronceadas que terminan en esos short cortos, una polera sin mangas naranja con un escote pronunciado dejando ver esos pechos, y que buenos pechos, si Jay se puede quedar horas mirando esas dos masas firmes y grandes, Jay se obliga a subir por su cuello más por decencia que por ganas y se topa con su cabello largo y crespo negro, sus ojos como el mar y sus labios.

Pero que labios, por los dioses, tiene un tenue brillo y color carmín, de seguro por un cosmético, pero lo que no puede dejar de mirar es esa pinta azul junto a ellos, el glaseado del muffin.

- Jay, todo bien – pregunta inclinándose, su escote es más presente y no Jay tu concéntrate en mirar sus ojos o sus labios, mierda, que ricos labios.

Y antes de darse cuenta ya está besándolos, toma a Percy por el cuello profundizando el beso con miedo y ansias, sabe que será la última vez que lo haría, que después le llegara una ola del tamaño del olimpo y nunca Percy le volverá a hablar, de seguro Ann llegare a pegarle.

Pero no le importa, mientras pueda sentir esos suaves labios moviéndose lento contra los suyos, espera un segundo, Jay se separó sin poder creerlo, le estaba correspondiendo el beso, Percy la chica más linda y codiciada del campamento mestizo le estaba devolviendo el beso a ella, si Jay no tenía nada en especial.

Se obligó a repasarse mentalmente solo por si algo se le olvidaba, su pelo es corto y para nada lindo, es demasiado corpulenta y no tiene nada en especial. Pero claramente Percy no pensaba lo mismo porque se sentó sobre sus piernas y la volvió a besar, lento y tímido metiendo su lengua.

Vine buscando cobre y encontré oro.

No pensaba desperdiciar esa oportunidad, la sujeto firme por la nuca para profundar el beso tallando sus lenguas con rudeza y pasión, Jay sentía la saliva de Percy escurriendo por su barbilla pero la afirmo de la cadera para atraerla rozando levemente sus pechos.

Se separó para dejarla respirar y al segundo volvió a juntar sus labios hambrienta de más, Percy no le ponía trabas y dejaba que la devorara beso a beso bajando con suavidad sus manos hasta la cintura atrayéndola, hasta al cadera pegándola.

Percy no se quiso quedar atrás, se acomodó abriendo las piernas para jalarla fuerte del cabello profundizando el beso, se separó mordiendo su labio inferior, Jay sabía que la otra estaba nerviosa pero no demostraba para nada más, menos cuando rompió levemente su labio bajando con su lengua húmeda por el cuello.

30 days with OTP [Jercy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora