VIII

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Se sentó en la mecedora viendo a Cameron limpiar la piscina. ¿Cómo haría para resolver este problema?, la última vez que hizo algo parecido terminó muy mal, no quería repetir la historia.

Suspiró fuertemente, observando la cajetilla de la maseta. ¿Debería fumar otro?, no, ya era suficiente por hoy, además, debía llamar a alguien. Agarró su celular, marcó al único contacto argentino que no había borrado y esperó a que contestaran, con suerte y no había cambiado de número.

- ¿Bueno?

- ¡Badending! -resopló de alivio al reconocer la voz de aquel chico que tan solo había escuchado un par de veces, mismas en las que le había sido de mucha ayuda.

- ¿Kelsey?, ¿sos vos? -preguntó confundido- boluda, hace un montón no sé de vos. ¿Cómo estás?

Bien, todo esto podría parecerles raro y deben tener dudas como, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿por qué él?, les explicaré. Meses después de que Key dejara Argentina, cayó en depresión al darse cuenta que no tenía a nadie y a las pocas personas que alguna vez tuvo, las lastimó. No quería afrontar sus cosas y peor las del mundo, y se aisló aún más, "eliminándose" por completo de las redes sociales y los contactos de su teléfono y así, evitaba relacionarse con más gente que podía herir.

Y también, le evitaba volver a donde quería estar. No tienen idea la cantidad de veces que se aguantó comprar el pasaje devuelta; quizo volver a su hogar y ser feliz, pero no estaba segura si su regreso traería esa misma felicidad.

Se quedó con esa duda, nunca regresó, sin embargo, todas las noches le inquietaba el no poder saber nada de ellos, en especial de él. Y bueno, si es que no podía estar cerca, al menos quería saber cómo estaban.

Resultó que la última persona con la que Key habló antes de irse, fue badending; le avisó entre lágrimas que todo lo planeado se cancelaba y podía retomarse la agenda que Spreen tenía planeada. Si bien estaba con el corazón roto, herida y llena de rabia, no dejaría que el streamer se retrase en su trabajo por lo que ella movió para su sorpresa, dejaría todo como estaba.

Se confirmaba la teoría de Iván a su partida, ella literalmente borró cualquier rastro de que estuvo ahí, de que hizo algo. Dejó todo como lo encontró, aunque olvidó soltar su corazón y para ese momento, ya todo estaba demasiado jodido como para hacer como si no pasó nada.

En fin, bad fue la última llamada que registró iCloud, por tanto, el único número que no se había borrado permanentemente. Se tomó su tiempo para decidir si llamar o no, enumerando los pros y contras.

Pros: aliviaría su ansiedad por la inquietud que le comía viva, y, además, badending no estaba tan involucrado con ella, por tanto, no le afectaría la llamada, ni querría seguir contactándola.

Contras: traería su pasado de vuelta, y solo lo haría más difícil de superar al no tener contacto cero.

"Al demonio", había pensado antes de darle a marcar. Aquella llamada no duró más de diez minutos, de la cual la mayor parte de la conversación fue ella haciéndole prometer que no le diría a nadie que llamó, y en los tres minutos restantes, el moderador argentino le dijo que Iván estaba bien, mintiéndole, pues a él no le correspondía hablar de la situación real del streamer. De todas formas, ella le creyó y colgó agradeciéndole, fue lo único que necesitaba saber. Luego, se volvió una costumbre llamar una vez cada cierto tiempo, hasta que poco a poco se fueron haciendo menos frecuentes, siendo la final, hace un año.

Cuando se dio cuenta que lo único que hacía era hacerse daño así misma, dando las vueltas en lo mismo, siendo que, al parecer todos estaban bien, menos ella.

For your eyes only || SpreenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora