4• Qué ɐpɹǝıɯ hago aquí

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Off despertó por ese dolor de cabeza tan horrible que sentía —luego le reclamaría a sus amigos—

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Off despertó por ese dolor de cabeza tan horrible que sentía —luego le reclamaría a sus amigos—. Pero primero debía deshacerse del sonido irritante y chillón que estaba a su lado, le dolía demasiado el brazo derecho y el tobillo izquierdo estaba punzante.

Apretó sus párpados con fuerza y con pesadez, comenzó a abrirlos, pero la luz lo cegó por un buen rato, luego casi se rompen los cristales por el grito, nada masculino, que dio.

—¡OFF!

—Awww, mira que cosita tan tierna —Se escuchó una risita infantil.

Off enserio quería respuestas. Y no respuestas estúpidas.

Quería respuestas de verdad.

No sabía cómo mierda habían terminado en ésta situación. Los tres con una maldita cruda, con Lee perdido en alguna parte de la ciudad.
Y con su hermano menor jugueteando las prominentes mejillas del bebé que habían encontrado en el clóset de la suite.

—Shi que bebé mash bonito... —Decía con voz tonta, su hermano menor— ¿Cómo te llamas? —El bebé movió sus manitos— ¡Ya sé!, te llamaremos Justin

El infante solo rió, y el pálido solo escuchó a Mew con un "en serio, God?", al cual no le tomó importancia. Luego de eso, solo fue la tonta e innecesaria pelea que le martillaba la cabeza.

—¿¡Se quieren callar!? —Explotó— Necesitamos saber dónde mierda está Lee.

—Off, lo sabemos, pero no creas que dejaremos desamparado a éste crío de aquí. —Señaló al bebé en los brazos de su hermano.

—¿Y qué se supone que vamos a hacer con él? —Se quejó.

—¡Llevarlo con nosotros hasta que encontremos a su madre! —Le hizo cosquillas y el infante rió inflando las mejillas y haciendo puñitos con sus manos.

—¿Y si no tiene mamá? —Inquirió Mew.

—Justin, ¿no tienes madre?

Off maldijo internamente. Enserio que le jodía la situación, faltaba poco para su boda. Ya era martes, y no habían encontrado a su mejor amigo. Esperaba no haber perdido nada más.
Estaban en una mesa del patio del hotel, decidió que era hora de revisar su celular para ver si no tenía algún indicio de Lee, pero, oh sorpresa, no lo tenía consigo. Bufó.

Un mesero se acercó, y con flojera dijo:

—Ayer cuando llegué le entregué a recepción un anillo de plata con un diamante de veinte quilates, pídalo a nombre de Off Jumpol y tráigalo. —El hombre asintió y se retiró

—Creí que ya no te acordabas. —Dijo Mew.

—Es el anillo que le dio el abuelo, la única persona que se opone a su boda, era obvio que no podría olvidarse de él —Respondió el pelinegro

—Es el que le daré a Ploy. No debo perderlo. —Dijo con obviedad— ¿Ustedes tienen sus celulares? —Preguntó.

—Yo lo dejé cargando en la habitación. —Respondió God.

—Yo lo busqué en la habitación, no estaba y no lo cargo aquí.

—Yo tampoco lo tengo —Se limitó a responder y luego el mesero apareció.

—Señor, me notifican que el anillo ya no está. —Dijo éste con tranquilidad.

—¿Qué?, debe ser una broma. ¡No lo pudieron haber perdido!

—Efectivamente, señor. No se perdió, usted lo tiene. Respondió.

—¿Disculpe?

—Las cámaras de seguridad muestran que luego de que se fueron, ayer, usted volvió y retiró el anillo. «Puta madre...» —Así que el anillo no está en recepción.

—¿Y dije a dónde me lo llevaba? —el joven negó— gracias. —Me lleva la puta madre...

—Lo perdiste. —Confirmó God— Justin, mi hermano mayor es un idiota, ¿qué dices?

El niño de cabellitos negros lo miró confundido para luego agitar sus manitas regordetas y reír.

—Mejor vayamos por Lee. —Habló antes de mandar a volar a su hermano de un golpe.

Los tres se levantaron y se adentraron al edificio, caminaron por el amplio pasillo y pasaron por recepción. Off se detuvo a hablar.

—Vamos a salir, por favor limpien la suite. —La muchacha en la barra asintió— Si encuentran el anillo guárdenlo y me lo entregan después. También, debe haber dos celulares allí.

—Buscaremos y arreglaremos sus cosas, señor Jumpol. —Off asintió e iba a comenzar a caminar— Por cierto, señor Jumpol, llamaron del hospital central, su cuenta ya fue liquidada, pero dijeron que lo quieren allá.

Off frunció el ceño.

¿Él en el hospital?

¿A qué iría él al hospital?

¿Cuándo fue al hospital?

¿¡A qué mierda iría al hospital!?

Luego su ceño se suavizó.

—¿Y dijo para qué?

—Su amigo ya despertó y necesita que lo traigan, le ha dado el alta.

—¿A-amigo? —La chica asintió— Ok, gracias! —Salió corriendo. 

Llegó hacia afuera y los chicos ya estaban esperando en el Mercedes.

—¡Ya sé dónde está Lee!

No se la creían.

Cuando llegaron esperaban lo peor, a su solecito sufriendo o con golpes, no con unas cuantas vendas y un sonrisa en la cara.

No, no y no.

—El señor Lee ya está bien, jóvenes. —Les dijo el doctor— Sus heridas no fueron graves, así que pueden llevárselo ahora mismo. —Salió.

Y cuando el doctor se fue, Off lo supo. Lee estaba muy, muy enojado. No sólo por el silencio que nos rodeó, sino que la sonrisa escalofriante seguía en su rostro.

—Off, amigo mío. —Rió forzadamente— Explícame algo, ¿qué mierda hago aquí?

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Stripteases everynight from today - H.A #18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora