Cuando desees recordar mi voz (Liam Payne)

Capítulo V: Solamente ella.

Llegué a aquella casa que había visto hace apenas unos días antes. Esa hermosa casa blanca en la que pasé una de las mejores Navidades que he tenido.

Ahí estaba yo. Un tipo de 20 años con un ramo de rosas, que había comprado unas millas atrás, parado frente a la casa de la mujer más perfecta del mundo.
Toqué el timbre y retrocedí un paso.

*punto de vista de Astrid*

Desde temprano me preparé para la cita con Liam.

Ese chico tan lindo. ¿Qué puedo decir? Desde que lo vi supe que seríamos él y yo. Bueno, ya sé que sólo es una cita con un chico que acabo de conocer, pero... Tengo un presentimiento.
A pesar de todo lo que pasa estoy bien.
Me siento feliz.

Me levanté temprano y, a pesar de que mi nana hace todo, yo me dispuse a arreglar mi habitación y mi cama.
Salí a desayunar con mis padres y se sorprendieron de lo feliz que estaba.

— Hija, parece que Liam te tiene muy contenta, ¿no? — dijo mi madre antes de dar un pequeño sorbo a su jugo.

Sólo le sonreí.

— No, mamá. Esta es nuestra primera cita. — le dije.

Mi padre de limitó a mirarme dándome una sonrisa de aprobación.

— ¿A qué hora viene por ti? — preguntó papá.
— A las 7 — respodí.
— ¿A qué hora vuelves?
— No lo sé, temprano.
— Astrid... — intervino mi madre.
— A las 12:00, mamá.
— Está bien. Me cuentas qué pasa — dijo guiñándome un ojo.
— Jaja, ay mamá.

Me encantaba mi familia. Yo tenía toda la confianza y la aprobación para lo que necesitaba y quería.
Al menos desde hace tiempo.

Subí las escaleras y busqué algo lindo qué ponerme.

Nada. No encontré nada.

No sabía a dónde iríamos y por lo tanto, no sabía qué usar.

Las horas se me hicieron minutos.

Opté por un vestido arriba de la rodilla negro y unos zapatos del mismo color. Me puse muy poco maquillaje y traté de peinarme de una manera casual. Me sujeté el pelo con una pinza únicamente y miré el reloj:

6:50 pm

¡Soy tan buena!

Me senté frente al tocador y preparé mi cara para no sonrojarme tanto. O al menos para disimular mi emoción. Estuve imaginándome a dónde iríamos y qué sucedería en la cita, ¿por fin me daría mi primer beso?

7:00 pm.

Sonó el timbre por toda la casa. Era Liam.
Bajé corriendo las escaleras y abrí la puerta.
¡Sí era Liam!

Me miró, lo miré y tomé mi bolso sin apartar la mirada de la suya. Sonreímos y salí.

*punto de vista de Liam*

— Te ves hermosa — dije cuando llegamos al final de la acera donde estaba estacionada la moto.
- Gracias... — dijo un tanto sonrojada — también te ves bien. — exclamó mientras me daba un pequeño golpe suavemente con su puño en el brazo.

Se veía preciosa. Cuando la conocí llevaba el gesto serio, y hoy, con esa sonrisa, no podía quitarle los ojos de encima.

La llevé hasta la moto del brazo.

— ¿A dónde vamos?
— Pues, tengo planeada una cena, pero tus deseos son órdenes.
— No, la cena me parece perfecto.

Subimos a la moto y se sujetó de mi cintura.