Un Nuevo Encuentro

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Llevamos cerca de una semana caminando sin encontrar ningún fragmento o alguna pista de Naraku, nos topamos con algunos demonios débiles con los que InuYasha acaba sin ningún esfuerzo, empezaba a aburrirme de las peleas de InuYasha con Shippo cuando llegamos a una aldea que se encontraba en muy mal estado.
Inmediatamente mi instinto de enfermera me hizo ayudar, todos los aldeanos habían enfermado, y mucho y habían muerto, designe un área donde dejaríamos a todos los afectados mientras Miroku e InuYasha se encargaban de limpiar la aldea y enterrar los cuerpos que ya empezaban a descomponerse, lo que solo traería más enfermedades para esta pobre gente.

-Que ha pasado aquí.- Le pregunté a una joven ya que de momento era la única que se encontraba en condiciones de hablar.

-Un demonio... -Hablaba con dificultad y su respiración era bastante pesada.- Un demonio bajo de la montaña que está en la isla de koshimi y libero un miasma que nos enfermo a todos... Eso fue hace casi una semana... Los más débiles murieron luego de los días...

-Señorita ¿porque ese demonio los atacó?- Pregunto Miroku.

-Hace un mes hubo un tembló que sacudió toda la zona, y el sello que lo mantenía prisionero se rompió, nos exigió que entregáramos a nuestros niños como sacrificio y no le haría nada a los habitantes de la aldea, como nos negamos nos envenenó, si no fuera por ustedes todos moriríamos.

-Ahora debes descansar. - Ella y nos había dado información suficiente, ahora necesito que descanse para que se recupere, nos alejamos de ella y fuimos a ver a los otros aldeanos que poco a poco empezaban a reaccionar gracias a él antídoto que Sango hizo gracias a sus conocimientos en venenos, y a todos los cuidados que aprendí yo en mi mundo, solo es cuestión de tiempo para que se recuperen, solo si hubiésemos llegado un poco antes, no abrían perdidos tantas vidas.- ¿Y ahora cuál es el plan? - pregunté cuando nos reunimos alrededor de la fogata a cenar, la labor de ayudar a esta aldea nos había llevado todo el día.

-Iremos por ese demonio al amanecer y lo mataremos, obviamente.

-¿Seguro que puedes derrotarlo InuYasha?

-¿Dudas de mi fuerza?

-Ver para creer chucho.- InuYasha gruño-

-¡No me digas chucho!

-Ya no se pelen.- Intervino Kagome.-

-Como sea, cuando estemos en la isla lo verás con tus propios ojos.

-De hecho yo no iré a la isla.

-¿Ya te asustaste?

-No, pero ellos aún necesitan que alguien los cuide, y el viaje podría tardar algunos días, yo me quedaré a cuidarlos.

-¿Segura?

-Si Sango, es mu deber, aunque yo también se luchar, mi deber es cuidar de los desvalidos.

-Esta bien, solo no hagas ninguna tontería.-  En ocaciones InuYasha puede llegar a ser muy maduro, no puso objeción a que me quedara, el entiende que es lo mejor.

-Prometo ser prudente.- la cena continúo con total normalidad, hasta ahora no había notado que ellos están en parejas... Kagome e InuYasha... Sango y Miroku... Y bueno Shippo y Kirara como una especie de mejores amigos, yo jamás e tenido nada parecido, y aún que me da un poco de envidia, me alegro por ellos...

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Partieron al amanecer tal como estaba planeado, en una barco que le dieron los aldeanos, me pregunto si alguno tiene idea de cómo navegar, en fin, espero que nada malo les ocurra, volví a la aldea ya que era hora de darle medicina a los aldeanos, algunos ya se estaban levantando y me ayudaban con los que aún se encuentran delicados, me alegra que la medicina este fundación, porque esta gente ya a perdido demasiado.

La chica del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora