La chica del bosque

Siempre Te Amaremos

Cuando salimos del otro lado del pozo encontramos a mamá y al abuelo llorando sentados en las escaleras del templo, al vernos corrieron hacia mí y me abrazaron.

-Vale vale, no me he ido tanto tiempo.- ambos me soltaron pero a pesar de que ya me encontraba en casa ellos aún tenían esa expresión de preocupación en el rostro.

-Estabamos preocupados por ti cariño.

-No vuelvas a hacernos pasar por esto jovencita.

-¡Mamá, abuelo! Solo me e ido algunas horas ¿Porque están tan preocupados? Kagome se va todo el tiempo y no se comportan así.- Sentía que me ocultaban algo, no decían nada, solo se observaron entre sí.

-Mamá, ______ debe saberlo, ya no podemos ocultarle la verdad.

-¿De qué verdad hablan?

-Este no es lugar para hablar.- interrumpió el abuelo- vamos dentro de la casa.- Fuimos dentro de la casa y me convencieron de darme un baño y arreglarme antes de decirme que es lo sé estaban guardando, la verdad me siento un poco ofendida, ellos tres parecen tener muy bien guardado un secreto del que yo no estoy enterada, no se supone que allá decretos entre familia.
Cuando estuve lista baje y estaban los tres sentados esperándome en la sala, me senté junto a mamá y ella empezó a hablar luego de hacerme prometer que no iba a interrumpir.

- Hace algunos años, cuando tú padre y yo apenas teníamos un año de casados nos encontrábamos limpiando la casa donde se encuentra el pozo sagrado, estábamos conversando sobre cómo sería cuando tuviéramos hijos.- Ella decía todo esto con gran nostalgia en sus ojos.- en algún momento un gran luz salió del pozo, nosotros nos asustamos mucho y nos abrazamos temiendo lo que podría ser, estuvimos así tal vez unos minutos hasta que tuvimos valor de hacercarnos para ver ver qué era, y en el fondo del pozo, envuelto en una manta estaba una bebé, no fue hasta que empezó a llorar que logramos reaccionar y tu padre bajo a buscarte.
Fue algo abrumador, teníamos una bebé que apareció mágicamente en nuestro templo ¿Como le explicaremos eso a la policía? Conocíamos muy bien las historias que rodeaban el templo, la probabilidad de que ni siquiera pertenecieras a este mundo era alta, así que te llevamos a casa y te cuidamos durante unos días.- Ella sonreía mientras contaba todo esto.- y te convertiste en nuestra hija, y te juro que te amamos con todo nuestro corazón. Sabíamos que este día llegaría, pero jamás pensé tener que enfrentarlo sola...- para este momento yo ya no hacía más que llorar ¿Como mantienes un secreto así durante tantos años? No debió ser fácil para ella, mucho menos después de que murió papá, la abracé y Kagome se nos unió mientras las tres llorábamos.- Tu siempre serás mi hija, _____ te quiero.

-Y tu siempre serás mi mamá.

-¿Y yo estoy pintada?

- Y tu siempre serás mi pequeña hermanita molesta.

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-Me encontraba en mi habitación ordenando mis cosas para el viaje, y mis sentimientos por todo lo acontecido recién, no es información fácil de digerir, pues para ser sincera ni siquiera lo sospeche, yo siempre e sentido este lugar como mi hogar, y aunque ahora sé que pertenezco a este mundo, no es fácil de asimilar, pero nte todo soy una Higurashi, y soy valiente, podré afrontar todas las pruebas que se me presenten en el camino.

Metí medicinas una muda de ropa y algo de comer, no es buena idea llevar tanto peso, me puse un kimono que llegaba poco más arriba de mis rodillas junto con un armadura negra que se encontraban guardadas en el templo desde hace muchos años, el abuelo dicen que fueron de una antigua sacerdotisa que cuidaba el templo de Demonios, y pensar que antes todas esas historias me parecían tonterías, recogí mi cabello en una coleta larga y me puse botas de campamento, que aunque no combinaban mucho con el atuendo serían más útiles que cualquier otra cosa, y por último me lleve una de las espadas reliquias del templo, no voy a ir para ser una carga, entrene diferentes artes marciales durante años, se.como cuidar de mi misma.

- Vaya hermanita, a que viene esa ropa?

-Bueno, creo que es prudente ir vestida con ropa de época, lo que tú sueles usar no era común hace 500 años.

-Te has tomado muy enserio esto.

-No tienes idea, en fin ¡Vámonos! Orejas de perro se molestará si no nos damos prisa.

-Me encanta ese entusiasmo, bueno, adiós mamá.

-Adios mis niñas, cuídense la una a la otra. - Decía mientras lágrimas amenazaban con salir de sus ojos- las Amo.

-Adios mamá, te prometo que volveré, siempre volveré.- Tras decir esto saltamos dentro del pozo, las luz nos envolvió y en pocos segundos ya nos encontrábamos en el sengoku, donde un molestó InuYasha reclamaba que nos habíamos tardado demasiado tiempo y estábamos retrasando su preciada búsqueda de los fragmentos.- Si si InuYasha, deja de molestar un minuto.

-Fhe! Son igual de tontas las dos, se nota que son hermanas.

-Bueno, si a estas vamos tu no te pareces en nada a tu hermano, que es educado y decente, algo me dice que creciste en un establo.- Creo que este último comentario toco la fibra sensible de InuYasha, pues la expresión de su rostro merecía una foto, y no dijo nada más, mientras los muchachos reían de su reacción.-. Ellos de verdad no sé llevan nada bien por lo que veo.- le susurré a sango y Miroku que caminaban a mi lado.-

-No, han intentado matarse más de una vez, es una relación un tanto complicada.

-Pero son hermano, deberían apoyarse, como Kagome y yo.

-Y como Kohaku y yo.- Dijo Sango con un poco de melancolía.

-Rescataremos a tu hermano, Kagome me ha dicho que es un buen niño, no lo dejaremos en manos de ese malvado.- Sango sonrió y seguimos caminando mientras Miroku y ella me explicaban de todo lo que debía mantenerme al tanto de este mundo...

Por mi parte ahora mismo solo siento emoción, esta es una nueva aventura en mi vida, y aterra no saber todo lo que se viene en mi camino, pero a la vez espero todo lo desconocido con ansias.

CONTINUARÁ....