Eddard (I)

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 La nieve cubría las fachadas del castillo de Invernalia, el día había desaparecido hace mucho tiempo y los aullidos de los lobos era lo único que se escuchaba tras la llegada de los soldados y de Ned a la fortaleza. Habían sido días y noches muy largas buscando a Sansa y no habían tenido la suerte de su lado, es como si la tierra se la hubiera tragado. 

Recorrieron desde Invernalia hasta Foso Cailin, además de enviar una carta al Castillo Negro. Sansa sabía que su medio hermano, Jon Nieve, se encontraba allí. Aunque Eddard tenía la sensación de que su hija no había ido al Norte de Invernalia, él temía que su pequeña hija había ido al sur y eso era un enorme problema por que los Stark no eran bien recibidos en el sur.

Catelyn estaba esperando en la puerta de Invernalia, fijándose en Ned de inmediato. Su preocupación era notoria a millas de distancia y Ned pensó que con él pasaba igual. Su hija mayor había desaparecido y tras dos semanas de búsqueda, no la habían encontrado. Nadie había visto a la joven pelirroja. Sansa había desaparecido de la nada y admitió que tenía mucho miedo de que alguien tuviera el valor de dañar a su pequeña. 

 ¿Dónde está Sansa, Ned? Dime que la habéis encontrado... -Catelyn no miró a su esposo, se encontraba mirando por encima de las cabezas de los demás soldados, buscando la cabellera pelirroja de su hija.

 No, nadie ha visto a Sansa... -Ned la miró fijamente a los ojos, agarrándola de la mano para que centrase su mirada en él.- Lo siento, Cat. Nadie la ha visto, no tenemos ninguna pista de donde ha podido ir... 

 No juegues conmigo, Ned. Mi pequeña no ha podido desaparecer de la nada...! - Catelyn le miró a los ojos, agarrando con fuerza su mano.- Tenemos que encontrarla, Ned. No podemos dejarla sola, necesito que vuelva con nosotros.... -Su voz se fue haciendo más baja hasta que solo él podía escucharla.- Necesito que vuelva conmigo, mi pequeña...

Todavía tengo grupos de búsqueda, Cat. No pararemos hasta encontrarla, te lo prometo. Yo también necesito a nuestra pequeña de vuelta... -La atrapó en un brazo, notando el cuerpo de su esposa temblar ligeramente.- La encontraré, Cat. Sansa volverá a casa con nosotros y podremos volver a ser una familia tranquila y normal. 

Robb y Theon siguen buscando a Sansa por el Bosque de Lobos, ellos tampoco encontraron evidencia de que nuestra hija pasara por allí... -Susurró después de unos minutos su esposa, nerviosa.- ¿Y si ha ido al sur, Ned? Para reunirse con Joffrey... 

Ned miró a Catelyn mientras pensaba en esa idea también, sabía que Sansa no había superado su separación con Joffrey después de contarle que debían dejar la capital. Robert había estado furioso pero lo aceptó a regañadientes mientras que Sansa parecía odiarle por tomar esa decisión por ella. Una enorme decepción se instaló en su pecho al sopesar de nuevo esa idea. Quizá Catelyn tenía razón y su hija había abandonado el norte solo por un capricho.

Suspiró levemente, negando con la cabeza.- No importa, Cat. La encontraré. Ella pertenece al Norte al igual que sus hermanos. El sur no será bueno para ella como no lo ha sido para ningún Stark... -Acarició el cabello de su mujer suavemente, pensando en su hija y en los acontecimientos de Desembarco del Rey.- Le enviaré una carta a Robert, quiero que también se la busque en el sur hasta hallar con ella y si la encuentran, la devolverán al Norte, de donde nunca debió salir.

¿Puedes confiar en ellos, Ned? Sé que no querías hacerlo, pero hiciste bien en no contarle a nadie sobre los bastardos Lannister... -Cat le miró fijamente, preocupada.

Nuestra familia habría estado en peligro, era lo que tenía que hacer para protegeros. Me habría gustado encontrar alguna manera de ayudar a Robert, pero los Lannister son demasiado escurridizos. Solo nos queda el Norte, es lo único que nos debe importar. -Suspiró.- Solo un necio confiaría en alguien del sur, pero sé que Robert me ayudará a encontrar a Sansa.

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