Mientras la noche envolvía el Castillo Negro en un manto de sombras, Jon Nieve se encontraba en la sala común, meditando sobre los votos que estaba a punto de pronunciar. La elección de unirse a la Guardia de la Noche había sido tanto una decisión personal como un destino inevitable. Jon había aceptado su papel como bastardo de Eddard Stark, siempre relegado a las sombras mientras sus hermanos legítimos gozaban de la luz de la herencia y el honor. Pero la carta que había llegado días antes había alterado su serenidad interior, dejando su mente en un torbellino de pensamientos y emociones.
La carta de Sansa había sido una sorpresa inesperada. Su hermana, siempre tan distante y absorbida por los ideales de la nobleza y los cuentos de princesas, había mostrado un lado de sí misma que Jon apenas conocía. Había leído la carta una y otra vez, en la soledad de su pequeña celda, tratando de desentrañar cada palabra y sentir el peso de su significado.
Querido Jon,
Sé que esta carta puede parecerte inesperada, y que mis palabras no compensarán los años de distancia y silencio que nos han separado. Pero siento que es necesario que sepas lo que ha estado ocurriendo y el porqué de mi decisión.
No sé si alguna vez te diste cuenta, pero siempre me sentí atrapada en una jaula dorada, criada para ser la dama perfecta, para cumplir con las expectativas que la sociedad y nuestra familia habían impuesto sobre mí. Me perdí en esos sueños de caballeros y cortesías, ignorando el mundo real que me rodeaba, y también a ti.
No me di cuenta de lo sola que te dejaba, de cómo nuestra indiferencia podría haberte afectado. Siempre te vi como el bastardo de Invernalia, y nunca traté de conocerte realmente, de entender tus luchas y tus sentimientos. Por esto, Jon, te pido disculpas. Lamento no haber sido más que una extraña para ti, cuando podríamos haber sido amigos y hermanos en lugar de simples conocidos bajo el mismo techo.
Pero las cosas han cambiado en Invernalia, y temo por mi seguridad. Mi corazón me dice que debo huir, que debo encontrar mi propio camino lejos de las sombras de nuestra casa y de las expectativas que me asfixian. No puedo vivir más bajo el yugo de una vida que no elegí. Me marcho, Jon, con la esperanza de encontrar un lugar donde pueda ser verdaderamente yo misma.
Deseo que algún día podamos vernos de nuevo, en circunstancias diferentes, y que podamos comenzar de nuevo como hermanos.
Cuídate mucho, Jon.
Con cariño,
Sansa
Jon había releído la carta varias veces, sintiendo una mezcla de tristeza y comprensión. Las palabras de Sansa resonaban con una honestidad que nunca antes había percibido en ella. Siempre había visto a su hermana como la niña mimada y ensimismada en sus sueños de princesas, pero ahora entendía que ella también había estado luchando, atrapada en una realidad que no había elegido.
El aire frío del Castillo Negro mordía la piel de Jon Nieve mientras se dirigía al salón donde pronto tomaría sus votos. El Muro, con su imponente presencia, parecía observarlo, juzgando cada uno de sus pasos. Jon había pasado días reflexionando sobre la carta de Sansa, pero había decidido seguir adelante con su compromiso hacia la Guardia de la Noche. Necesitaba un propósito, y el Muro le ofrecía eso.
Sin embargo, justo cuando estaba a punto de cruzar la puerta, el eco de los pasos resonó en el pasillo, sacando a Jon de sus pensamientos Benjen apareció, su rostro grave y cargado de preocupación. Jon sintió un escalofrío distinto al del frío que siempre había sentido en el Muro; era un mal presagio. Jon le observó, esperando que la visita de su tío trajera consigo alguna noticia de importancia.
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The Lone Wolf
FantasíaNed Stark reconoció su error demasiado tarde, su hija ya había escapado. Quizá el lobo solitario pueda sobrevivir sin la manada en este Invierno.