Invernalia se alzaba a través de las colinas, imponiendo respeto a quien se atreviera a acercarse al oscuro castillo. A pesar de lo imponente y frívolo que podían ser las vistas, Sansa sintió una sensación de alivio cuando visualizó su hogar a unas cuantas millas.
Lo único que quería era volver a su hogar, quería volver a sentir lo que era ser completamente feliz, aunque lo que más anhelaba en ese momento era tener a su dulce compañera a su lado. El día que su Lord Padre mató a Dama, sintió como una parte de ella le era arrebatada. Después de dos meses, todavía podía sentir el vacío que su preciosa loba había dejado en ella.
Sintió sus ojos humedecerse al pensar en Dama. Recordó el momento exacto en el que sus hermanos entraron por las puertas de Invernalia cabalgando en sus caballos mientras sujetaban a las crías de lobo contra su pecho para que no cayeran durante el viaje. Sansa había sido la primera en recibirles, notando de inmediato a los cachorros.
Dama era la más pequeña de toda la manada pero a Sansa le pareció la más bonita de todos y cuando la cogió por primera vez, sintió que una parte de ella parecía completarse, como si su pequeña amiga y ella estuvieran unidas. Tuvo miedo de no poder cuidarla bien, pero Dama había crecido fuerte y sana como sus hermanos y su nombre le hacia justicia a su actitud y a su personalidad. En pocos días, Sansa se había enamorado completamente de la loba y juró protegerla y quererla como la loba quien también parecía hacer lo mismo con ella.
Y al final no pude protegerte, Dama. Lo siento mucho, pequeña... -Sansa pensó amargamente, sintiendo como las lágrimas corrían lentamente por sus mejillas pero nadie se dio cuenta de ello, pasó completamente desapercibida para todos, incluso para su padre y su hermana.
Su padre era Lord Eddard Stark. Se hacía llamar un hombre justo y honorable y de haberlo sido de verdad, ahora su loba podría estar viva. Su Lord Padre juró que siempre las protegería, a ella y a su hermana pero sabiendo el dolor que me iba a causar, permitió que Dama muriera por algo que ella no había hecho.
Cuando Dama murió, Sansa lo hizo con ella y gran parte del amor que le tenía a su padre también se fue, porque incluso después de haber matado a su loba, ni siquiera se preocupó por ella los días siguientes a ello. Todas las mañanas después de la muerte de Dama, Sansa se levantaba con los ojos completamente rojos de haber llorado durante toda la noche, tampoco probaba la comida de su plato ni siquiera cuando su estómago dolía y gruñía por comida, no sentía apetito. Y a pesar de todo ello, Lord Eddard Stark no tuvo la decencia de preguntar por ella, al igual que su hermana Arya tampoco lo había hecho.
Nymeria fue quien había mordido a Joffrey, ella debió de haber recibido el castigo y a pesar de todo, se alegraba de que Arya hubiese hecho huir a su loba. Joffrey se había merecido ese mordisco, ahora Sansa lo comprendía. De lo único que se lamentaba es de no haber contado la verdad, aunque seguramente no habría servido de nada y también se lamentaba de no haber hecho lo mismo que hizo Arya, al menos Dama seguiría viva.
- ¿Estás dormida o qué? Te estás quedando atrás. -Arya la miró fijamente, rodando los ojos.- ¿Otra ves llorando, Sansa? No sé ni de que me extraño, deberías haberte quedado con tu querido Joffrey... -Suspiró levemente, cabalgando de nuevo junto a los demás. Sansa la miró irse mientras Ned Stark se acercaba a ella.
- ¿Qué pasa ahora, Sansa? ¿Arya te estaba molestando? -La miró fijamente, quedándose a su altura. Sansa se tensó de inmediato al oír su voz, negando después de unos segundos.- No, Padre. No es culpa de Arya.
- ¿Entonces? ¿Todavía sigues triste por Joffrey? - Ned la miró frunciendo el ceño con desaprobación mientras Sansa intentaba no hacer una mueca de desagrado y de furia al pensar en el rubio.- Te dije que no podíamos quedarnos, Sansa. No sé cuantas veces tengo que repetírtelo para que los entiendas pero no vamos a volver allí. Tú te casarás con algún hijo de alguna casa noble del Norte y te quedarás en el Norte. ¿Entendido?
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The Lone Wolf
FantasíaNed Stark reconoció su error demasiado tarde, su hija ya había escapado. Quizá el lobo solitario pueda sobrevivir sin la manada en este Invierno.