Parte 3

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Esa noche después de cenar (en el living de casa a media luz) Gerard puso un cd. Segundos después sonaba carros de fuego (la primer melodía que bailamos como pareja). Sonriendo tendió una mano. -?Querés bailar pequeña?. Segundos después bailabamos muy abrazados. Sus manos en mi cuello y las mías en su cintura. En eso me estremeció cuando me hablo al oido. -Te amo Any. -También te amo Gerard. -?Que tanto princesa?. -Con todo mi ser y mas. -Entonces... Creí que el corazón se me salía del pecho cuando sin dejar de mirarme, se arrodilló y del bolsillo de  la camisa sacó una cajita que abrió dejando ver dos alianzas. -?Quisieras hacerlo Any?. ?Quisieras ser la señora Payne de Depardieu?. Me tomo unos momentos asimilar esas palabras, pero al hacerlo lo mire con los ojos llenos de lagrimas. -Gerard mi amor ?me acabas de preguntar si quiero...?. -Si Any. ?Quisieras casarte conmigo mi vida?. Lo abrace llorando. -Claro que si amor. Tras colocarnos las alianzas señalando el compromiso, me tomo en brazos. Poco después estábamos en la habitación. Ya desnudos. Me llevo  la cama con un pañuelo tapándose completamente los ojos, y empezó literalmente empezó a hacerme absolutamente de todo. Hubiera sido perfecto si no fuera que aún sabiendo que no lo puedo soportar, en un momento empezó a hacerme cosquillas en los pies. Con desesperación empecé a patalear tratando de liberarme... Hasta que sentí que Gerard gritaba ahogadamente. Un tanto preocupada ?asustada? me saque el pañuelo de los ojos... para verlo hecho un ovillo en el piso llorando con cara de verdadero  dolor mientras sujetaba "sus partes". Me arrodilló a su lado. -Gerard. Amor. Pasados su buenos ?diez? minutos logró sentarse en la cama. Lo hice a su lado tomándole las manos. -Perdon mi amor. Te juro que no fue intencional. -Tranquila nena. Es mi culpa. No habría pasado si me hubiera detenido cuando me lo pediste. -?No estás enojado?. --Claro que no pequeña. Animas me abrazo por la cintura y me beso, a lo que correspondi con todo el gusto del mundo rodeandole el cuello con mis brazos. Y ya pueden imaginar como seguiría la noche. Muy pronto hablaré de la boda. Pero antes quiero contarles algo. La primera y única venganza que tomaría en mi vida. Y no saben como lo disfrute. Ya saben . La venganza es un plato que se saborea en mejor en frio. Más aún cuando hay una razón que realmente lo justifica. Pero esperen a que les cuente y juzgan ustedes mismos si estuve (estuvimos) bien o no. Con ese "estuvimos" me refiero a Gerad, a mi y a una tercera persona implicada de la  que ya les contaré como también de la venganza en si.

Entre el trabajo y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora