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— PuToTyRaNo. PuToTyRaNosaurius. — Malditas clases de Español que le dejaban entender el doble sentido en eso.

— Kaigaku, si vas a molestar. Al menos canta la canción completa.— Con fastidio estaba al borde de rogar. La noche pasaba para su eterna desgracia se le olvidó que tenía un hermano, y estaba tan inmerso en su momento con Tengen que cuando se despidieron, Kaigaku se dió cuenta.

— Vamos enano no es para tanto. — Se encogió de hombros riendo de una forma que fastidio más aún al rubio. —  Al menos agradece que el abuelo no se dió cuenta. Si no, tu noviecito hubiera estado toda la noche en espera de la aprobación. — Le inculcó ser un caballero con las damas, que se consiga un caballero si iba a querer hombres en su cama. — Vaya que tuviste suerte, un completo hot men jajaja. Recuerda, si te intenta meter lo que no debe antes de tiempo, dime y se las parto. Jajajaja.

— Ya te quiero ver frente Uzui. — Se estaba riendo, ahora queria verlo frente a Uzui buscando pelea, seguro se intimida de forma rápida. — Ya te veré cagado de miedo jajaja.

Él de cabellos negros frunció el seño. —  No soy un cobarde. Claro que podré pelear.

— Pero mi Uzui es atleta, tiene los tríceps del tamaño de tu rostro. Jajajaja. Ten cuidado molestándome de ahora en adelante. Jajajaja.

— Que buen hermano. —  Irónizo. Por más que estuviera consciente que se lo merecía. Zenitsu se volteo para sacarle la lengua, propuesto a ignorarlo el resto de la semana. En eso.

— ¿Que tanto cuchicheo tienen acá? — El señor de la tercera edad, cargando su bastón se acercó a los 2 menores. Se suponía que lo iban a ayudar con las tareas de la casa como era costumbre, pero escucharlos gritar y reir llamo su atención.

— Nada de lo que preocuparte, solo este intento de rebelde fastidiando.

— ¡¿Cómo que intento de rebelde?! — El anciano lo apunto con el bastón listo para dejarlo en el suelo si se alteraba.

— Los 2, son hermanos. No sé molesten el uno al otro. — Advirtió. — ¿Seguros que es solo eso? — Asintieron. — Saben que no me gusta que me guarden secretos. — Sentenció. Su mirada era firme, el mayor siempre desprendió esa aura de firmeza y disciplina que podía ser intimidante. Más bien, la edad lo había calmado.  — Me han dejado algo solo este verano, sé que son jóvenes y están en esas edades donde se quieren divertir, han salido bastante.

— Solo estamos con amigos, nada de lo que tengas que preocupar.

— Como digan. Solo, nunca se les olviden los  condones, sé que me ocultan cosas, si no me lo van a decir al menos háganlo bien.

— ¡Abuelo! — Al unísono le exclamaron. Que vergüenza. — Ninguno de nosotros tiene novia aún.

— Entonces tomenlo como advertencia. — Los hermanos sé miraron sin saber que decir una vez el abuelo se fue. Siendo Zenitsu quien rompió el silencio.

— Le haré un té después. Y… Ahm. ¿En serio no te gusta nadie?

— ¿De dónde viene la pregunta? — Se cruzó de brazos.

— Curiosidad. Digo, el abuelo tiene razón, has salido y nunca has sido el más amigable.  Yo ya tengo novio. ¿Tu? Te puedo ayudar si quieres.

— Uf. No, no me interesa nadie. Si he salido es porque, bueno, estoy ayudando a Akaza ¿Te acuerdas de él?

— Me cae un poco mal.

— El punto es que quiero mi propio dinero por lo que le he ayudado a un conocido de él. Y si, me ha pagado.

Gustando del insoportable.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora