29. Marina Piccola I

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Heather

Duré algunos minutos hablando con Stella y riéndonos sobre cosas nimias, pero de hecho, me dormí después. Estaba demasiado cansada, me había pasado la noche anterior viendo que todas las reservaciones estén bien, y revisando acerca de los sitios a los que íbamos a ir esta vez. Hayden y yo habíamos dormido en la casa de Stella, Hayden en la habitación de Matteo, y Stella y yo en la suya. Fue demasiado divertido, hablar hasta las dos de la mañana. A susurros.

Pero justo cuando mi sueño estaba llegando a su final Stella me despertó.

-Ya casi llegamos. -Dijo, al despertarme. Haciendo que levante la cabeza.

Miré mi reloj. Y volví a reposar la cabeza en el asiento.

-Falta una hora Stella.

-Sí, pero no quiero ir sola. -La miré mientras manejaba, y evité quejarme. A veces olvidaba que Stella era más pequeña que yo, tenía la misma edad de Mariella. Pero yo tenía un año menos que Matteo...supongo que cuando eres adulto no te importa mucho la edad de tu amigo. Mientras estaba en el instituto lamentablemente jamas me atreví a juntarme con personas mayores, o menores. Mucho menos cinco años, que era la diferencia de edad entre Stella y yo.

-¿Tanto te aburre hablar sola?

-Per favore.-suplico.

Después de suspirar, y cerrar los ojos, debido al sueño que tenía acepté.

-Esta bien, pero no será de gratis.

-Acepto las consecuencias. -Pude ver su sonrisa mientras manejaba. Y tuve ganas de dormirme denuevo.

Stella era demasiado hermosa, sus ojos verdes y grandes eran incluso más hermosos e intensos que los de Matteo. Tenía un pequeño puente en la nariz, pero eso adornaba su cara. Y sus labios al sonreír no se adelgazaban, sino que se veían perfectos y de color coral. Cuando se ponía sombra de ojos, y rímel, sus ojos simplemente se veían mas grandes, pero...ser mas hermosa que Stella Fiore era imposible. Al menos para mí.

-¿Qué piensas? -su voz me sacó de mis pensamientos.

-Nada importante. -Fijé la vista en la carretera.

-Ajá, por supuesto. -Sin siquiera verla, sabía que había enarcado una ceja.

-No importa. -Susurré. -¿Puedo poner música? -había apagado la radio cuando dije que me iba a dormir, pero tenía ganas de un poco de música. Siempre hacia una dinámica cuando estaba en el coche: si no me gustaba la primera canción que sonara en la radio, pondría la música desde Spotify.

-Va bene. Pero recuerda que al menos una canción de la supremacía.

Con la supremacía, Stella se refería a Chase Atlantic.

-Y yo de la realeza. -Refiriéndome a Taylor.

Asintió, sonriendo. Y encendí la radio.

La primera canción era buena. Vi que nombre ponía y decía Kids Are Born Stars, de Lauv.

-Esa canción esta demasiado alegre.

-¿Y que esperabas? -cuestioné.

Suspiró y subió los lentes a su cabeza, pude ver sus ojos inmediatamente. Con la vista en el camino. Y las dos manos en el volante.

-Bueno. -cambié de tema, disfrutando la canción, viendo a Stella y al paisaje, sin poder decidirme cual era más hermoso. Spoiler: el paisaje estaba perdiendo. -Tengo muy buenos planes para Marina Piccola. -Busqué mis lentes de sol, y me los coloqué, ya que el sol empezaba a molestar. Aún así, me encantaba el viento que acariciaba mi piel.

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