Sandu Shengshou

Capítulo 9

Nubes espesas flotaban perezosamente por el cielo, cubriendo la luna y bloqueando la mayor parte de su luz. Más cerca de la tierra, un ligero viento agitó suavemente las hojas de los árboles, aunque el suave sonido fue completamente ahogado por el sonido de los gritos. Subían y bajaban con el viento, variando en tono y volumen sin ninguna dirección real. Jiang Cheng se subió a un techo y escuchó el caos de abajo con los ojos entrecerrados. De vez en cuando, cuando el viento era el adecuado, podía escuchar los sonidos de una flauta, pero la mayoría de las veces, los gritos salvajes a su alrededor ahogaban la inquietante melodía.

El estrépito del metal al chocar con el metal atrajo su atención de nuevo a su presa. Anteriormente, el hombre había estado tratando de defenderse de los fantasmas y serpientes de energía resentida que lo atacaban por todos lados, pero ahora estaba luchando contra un ser humano vivo, un hombre tan enloquecido por el dolor y el miedo que se había visto impulsado a atacar a un aliado. en su locura. Jiang Cheng observó la batalla unilateral con poco interés. Podía sentir el peso apenas visible de los ojos sobre él, pero ignoró la sensación, por molesta que fuera. Sus instintos le decían que algo estaba a punto de cambiar.

Efectivamente, tan pronto como el hombre enloquecido cayó con un grito y un chorro de sangre, su presa miró a su alrededor con urgencia antes de parecer tomar una decisión. Girando sobre sus talones, corrió en una dirección diferente a la que se había dirigido anteriormente. Silenciosamente, Jiang Cheng lo siguió, saltando de techo en techo mientras se mantenía bajo y sin ser detectado. Cuando el hombre de abajo se metió en un edificio, se colocó sobre la puerta, con los músculos tensos y listo para atacar. En el mismo rincón de su visión, captó el más mínimo indicio de movimiento antes de que desapareciera. Como era de esperar, él también había sido seguido, y ahora ambos depredadores esperaban en absoluto silencio.

Solo un puñado de latidos después, dos hombres salieron del edificio, uno guiando al otro y casi arrastrándolo por el suelo. En ese instante, Jiang Cheng golpeó. Zidian se elevó, chisporroteando por el aire, y se envolvió con fuerza alrededor de la garganta de su presa. Clavando los talones en las tejas del techo, tiró. Cuando el hombre de abajo dejó caer su carga y levantó las manos para agarrar el arma que tenía alrededor de la garganta, el agudo zumbido de dos armas más resonó cuando delgadas cuerdas rodearon sus muñecas, tirando de ellas hacia delante y hacia afuera. Rápidamente, Jiang Cheng saltó del techo, pateó al primer hombre al suelo y retractó a Zidian solo para que en su lugar atara al segundo hombre que todavía yacía en un montón tembloroso y quejumbroso.

Con un elegante aleteo de túnicas blancas, Lan Wangji llegó desde cualquier escondite que hubiera elegido, sus ojos tan duros como su agarre en las dos cuerdas guqin en sus manos. Su presa principal no se había movido, solo levantó la cabeza ligeramente para mirar sus muñecas y la sangre que se filtraba de los cortes que habían hecho las cuerdas. Jiang Cheng podía ver su mente acelerada, tratando de calcular una forma de escapar incluso ahora. No dispuesto a darle ni la más mínima oportunidad, Jiang Cheng desenvainó superficialmente a Sandu y, con dos golpes rápidos, cortó ambas manos del hombre. Luego, sacó la antorcha delgada que llevaba de su cinturón, la encendió con un talismán de fuego y rápidamente aplicó el extremo ardiente a ambos muñones para cauterizar las heridas.

Solo entonces gritó Wen Zhuliu.

"No puedo dejar que mueras todavía", comentó Jiang Cheng casualmente mientras Lan Wangji recuperaba sus cuerdas y desenvainaba fríamente a Bichen para apuntar a la garganta de Wen Zhuliu. “La noche es joven, y mi hermano y yo tenemos planes”.

Wen Chao, por cobarde que era, temblaba tanto que apenas podía hablar. “Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-Q-QQue eso lo-q-que-q-quieres