INTERTWINED FEELINGS (traducción) ⸻ komahina

descubrimiento

El día había comenzado como cualquier otro. Cuando Hinata se despertó con el anuncio habitual de Monokuma, algunos rayos de luz ya habían entrado en su habitación. En el momento en que abrió los ojos, recordó todo lo que había sucedido hasta el momento. Su líder, Togami, quien les había dado toda esperanza, había sido asesinado por Hanamura, quien fue ejecutado cuando lo encontraron culpable. Y la única persona a la que Hinata se había sentido cercano resultó ser probablemente la persona más peligrosa del mundo. La peor parte era que Komaeda ni siquiera parecía pensar que había hecho algo malo, no fue un accidente en absoluto y probablemente no se arrepentía ni un poco. Anhelaba poder entenderle; de esa manera, tal vez el chico al fin saldría de su mente.

Se levantó de mala gana y se fue a la ducha. Mientras se lavaba, se congeló de inmediato al ver su muñeca.

En ella reposaba inocentemente una cicatriz que parecía un símbolo, lo cual la hacía ver completamente artificial. Estaba seguro de que no se encontraba allí cuando se fue a dormir la noche anterior, y la idea le hizo entrar en pánico; alguien debía habérsela hecho mientras dormía. A menos que, de alguna forma, hubiese perdido sus recuerdos de nuevo, pero aquello no era demasiado probable (aunque no imposible).

Sea lo que fuere aquella cicatriz, le ponía nervioso. ¿Por qué estaba ahí? ¿Quién podría haberle hecho esto? Siempre se aseguraba de que la puerta de su habitación estuviera cerrada varias veces antes de descansar. Tampoco le dolía, y no parecía tener ninguna otra lesión más, así que ¿por qué estaba ahí? El lugar también era extraño; ¿acaso alguien había tratado de cortarle la muñeca?

Dándose cuenta de que no tenía sentido quedarse en la ducha esperando explicaciones, salió y se vistió. Estresado ante la situación, le había tomado más tiempo de lo normal prepararse para empezar el día, y cuando salió de su habitación, no había nadie fuera. Deben de estar en el restaurante a estas horas, pensó. Aceleró su paso y cuando llegó al vestíbulo del hotel, se dio cuenta de que ni siquiera Nanami estaba allí jugando en las máquinas recreativas. Entonces escuchó algo de sonido en la planta de arriba, y decidió seguirlo.

⸺¡Debe ser cosa de Monokuma otra vez! ¡Seguro que ha sido él! ¡Estoy seguro de que nos ha implantado bombas en las muñecas o algo así, y nos hará explotar si no matamos a alguien! ⸺escuchó decir a Souda.

⸺¡Aaaah! ¡No quiero explotar! ⸺respondió Tsumiki.

⸺¿Entonces no soy el único con una marca extraña en la muñeca? ⸺inquirió Hinata en voz baja.

⸺Parece que ha llegado el último de nosotros ⸺señaló Tanaka, mirando a Hinata.

⸺Ahora que estamos todos aquí, quizá deberíamos hablar sobre lo que ha pasado... ¿Alguien sabe algo sobre estas cicatrices? ⸺preguntó Koizumi.

Todos negaron con la cabeza.

⸺¡Ah, pero tengo un buen presentimiento! ¡Aunque esto sea mala suerte, más tarde nos pasará algo bueno! ⸺dijo Komaeda alegremente.

Sus palabras, en conjunto con el estrés bajo el que estábamos sometidos, hizo estallar a Souda.

⸺¡Hijo de puta! ¡Será tu culpa! Después de cómo te comportaste durante el juicio, es obvio que eres el traidor y que esto es cosa tuya!

⸺Por supuesto, comprendo por qué lo piensas ⸺respondió con tranquilidad.

⸺¡Ni siquiera lo niegas! Ya está, me vas a quitar esto ahora mismo, o si no...

⸺¿O si no qué? ⸺preguntó Komaeda inocentemente.

⸺¡Te vas a llevar un puñetazo!

⸺A ver, a ver, no hace falta recurrir a la violencia ⸺le regañó Koizumi.