Capítulo 6

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Escuchando los gritos no supo que hacer simplemente se quedó estática.

-Y-ya no llo-ren -susurro, no podía hacer nada, todos lloraban, incluso ella estaba llorando, con la respiración agitada simplemente miraba todo.

-¡Wahh! -Subaru lloro tan fuerte que la despertó del trance

Aún cargandolo tomo su celular, llamo a Emma, escucho los tres primeros tonos y luego...

-Hola... -la escucho responder adormilada

-Ell-llos por-favor v-ven... -dijo con la voz entrecortada

-¡¿Qué?! -escucho decir a Emma- ¡Estaré... enseguida! -escucho el golpe de algo, un quejido y después nada, había cortado

Sin saber que más hacer tomo a Subaru y lo llevo al columpio de la sala y lo dejo mesiendose lentamente esperando que eso lo calmara, volvió para atender a los otros bebés.

Pero de nuevo al verlos ahí gritando, llorando simplemente se quedó estática otra vez.

-¡MAMÁ! -grito Kanato y con aquello despertó del trance, sus hijos, sus bebés la necesitaban, con ello se dió una cachetada y empezo

Apresuradamente evaluó a cada uno y tomo a dos, los llevo a los otros dos columpios y puso los chupones a Subaru, Ayato y Shu.

Tomo del sillón el porta bebés y se lo puso corrió por los otros bebés puso a Ayato en el porta bebés, cargo a Reiji en el brazo izquierdo y acomodo a Kanato en el derecho.

-Mamá está aquí -dijo con ligeras lágrimas mientras caminaba, observo cómo los columpios casi se detendian y volvió a empujarlos así calmando los o al menos eso esperaba

Suspiro.

Eso fué difícil, calmar a los seis, y atender sus heridas, tuvo que desinfectar y esto causo que ardieran pues Subaru había dejado múltiples marcas de arañazos en la cara y brazos de sus hermanos.

Después de muchos gritos y lágrimas logro dormir a cada uno, aún le dolía saber que no pudo actuar rápido, después de todo si hubiera logrado alejar a Subaru de sus hermanos ellos no estarían asi. Sus caritas estaban magulladas y su respiración estaba entrecortada por el llanto anterior.

Acaricio dulcemente la cabeza de Shu y dejo un beso en la cabeza de cada uno, salió lentamente y cerró la puerta con suavidad.

Se sentó en el sofá y mando unos mensajes a Emma.

-¡¿Estás bien?! -dijo en panico Emma, entro a pasos rapidos, cerca de su apartamento hubo un accidente y no pudo sacar su auto, y al ser de mañana no pudo encontrar taxi o autobús vacío por lo que tuvo que correr aún en piyama

-Y-yo no lo sé -dijo, limpiando las pocas lágrimas que caían por sus ojos

-¿Que sucedió? -pregunto con calma

-E-en la ma-mañana ellos estaban ac-actuando distinto -dijo con la voz quebrada-, pero seguí y... -dijo entre lagrimas- prepare su desayuno y luego Su-subaru se empezó a inco-modar y lo car-gue pero ento-onces empezó a moverse y golpeó cos-sas y los platos están tirad-dos en la cocina y-y ellos llorar-ron, no sa-bía que hacer y todo fue... Nunca hab-bía pasado esto, siempre fue-ron tran-quilos -lloro aún más

-¿Que hiciste después? -pregunto abrazando a su amiga- Tranquila, ya paso -dijo suavemente mientras frotaba círculos en su espalda

-Y-yo solo... Cargue a Ayato, Reiji y Kanto, ellos estaba-an -respira entrecortadamente, Emma rompió el abrazo escuchando con paciencia a su amiga

-Ellos están bien -tranquilizo, podía escuchar sus suaves ronquidos que venían del aparato de vigilancia para bebés

-Por un momento sentí que podía dejarlos, yo no estoy lista para esto... -dijo mas tranquila, no era una buena madre y nunca lo sería

-Solo fue un mal día -tranquilizo-, además son seis es normal

-Y-yo no lo sé... -murmuro decaída

-¿Porque no tomamos una taza de té y nos calmamos? -sugiere- Luego podemos preparar el almuerzo

-Solo quieres un poco de mi té especial -bromeo

-No, no, no, bueno si -dijo con una sonrisa-, además tú cocina es la mejor

-Jaja bien pero yo cocino y tu limpias -sonrió con astucia, Emma frunció el ceño no quería limpiar pero por otro lado... comida

-Trato hecho -tendio su mano-, pero que sea ese platillo especial -dijo, la otra sonrió y ambas estrecharon las manos

Y así pasaron las mañana entre risas y juegos, después de tanto aquel suceso de la mañana quedo en el olvido.

Llagado la hora del almuerzo los bebés siguieron durmiendo así que las dos se dispusieron a comer. La mesa ya lista y servida Emma se acercó para disfrutar de su tan querida comida. Pero lastimosamente terminó en el piso.

-Debes guardar mejor estos peluches -dijo Emma frotándose la espalda, alzó un pequeño peluche de perro

-Jaja e-s de Shu, tiende a dej-jarlo por todos la-dos -dijo tratando de evitar reírse y asi se dispuso a ayudar a su amiga a pararse

-Mala -tomo la mano y la tiro-, no deberías reir- jajajaja -exploto riendo, era tan chistoso, su querida amiga terminó cayendo de cara- te ves tan Jajaja

Ella suspiro, entonces ambas se vieron y empezaron a reir, la situación era tan ridícula.

Después de aquel momento se escuchó un grito, era Kanato, al parecer los niños despertaron, bueno debían despedirse del tiempo libre.

Emma se levantó apresuradamente.

-Yo voy a cuidarlos -dijo-, tu come -sin esperar respuesta se fue, dejando a su amiga confundida

-Si así lo quieres -se encogió de hombros y fue a comer, realmente no estaba lista para verlos, no después de lo que sucedio

Se sentó en la mesa comiendo su tan querido curry, adoraba lo picante y que mejor que el curry para eso.

Suspiro con satisfacción al terminar era mejor ir a ayudar a su amiga ya podía escuchar los gritos de Emma pidiendo ayuda, negó divertida y fue en su rescate.

Madre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora