Prólogo

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¿Cómo es posible que todo pueda cambiar tan drásticamente de un momento a otro?
Ahora entiendo porque dicen que la felicidad suelen ser solo momentos fugaces y por esa razón hay que disfrutarlos, porque no sabemos cuánto tiempo duraran.

El cielo se teñía de tonos blancos con grisáceos, mientras que el viento del amenazante otoño acercándose poseía una pizca de nostalgia, envolviendome como si me entendiera e intentara consolarme.

Mi cuerpo se encontraba sano, pero mi alma dolía y con ella mi corazón.

Las cosas pasan por algo, sin embargo en este momento no entiendo cual es el arcoiris que tanto dicen las personas que existe al final de la tormenta, por más que trato de avanzar para encontrarlo, la lluvia se vuelve más fuerte, y yo, me hundo con ella.

Narrador omnisciente

Ahí, justo frente de el se encontraba ese arcoiris que tanto anhelaba ver, sin embargo no le dijeron que cuando lo encontrará no necesariamente debía de sentirse aliviado de que finalmente la tormenta había acabado, también se podrían sentir otras sensaciones, como miedo, confusión, sensaciones las cuales por muy negativas que fuesen debía convertirlas en sus más grandes aliadas para volver a redirigir su camino y no hundirse.

Cuando algo malo ocurre en nuestra vida, tenemos tres opciones:
Dejar que te marque, dejar que te destruya o dejar que te fortalezca.

A final de cuentas de lo único que tenemos control es de nosotros mismos, y solos uno puede sacarse de las penumbras y nadie más, depende de ti cambiar tu historia.

Los prejuicios del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora